lunes, 27 de julio de 2009

Caso Palau ,(II)se destapa el asunto

Ha llamado mi atención:


1)El escaso tratamiento informativo dado al asunto, a pesar de estar implicados, por activa o por pasiva, personajes y entidades de primera línea de la Comunidad Catalana. Porque “hoy, la administración del edificio y la gestión y explotación de la sala de conciertos está confiada al Consorcio del Palau de la Música Catalana, integrado por la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, el Ministerio de Cultura y el Orfeó Català, como entidad propietaria del edificio”. (*) La noticia se da de modo soslayado, bien en páginas interiores, (La Vanguardia, por ejemplo, el viernes 23, la registra en la página 57), otros en la sección de Cultura, y/o bajo titulares que no inducen con claridad al lector al tema del Palau.


2)La unanimidad, en los medios de comunicación españoles, autonómicos y nacionales, públicos y privados, en la manera de abordar la información: Se habla sólo de Millet, de quién es y ha sido; de sus antecedentes y familia, de sus otros negocios e historias, etc. Es decir, el tema, pienso, se pretende personalizar sólo en él . Sin embargo, como en la web del Palau se informa, de donde he copiado el texto que a continuación transcribo,'' ... la administración del edificio y la gestión y explotación de la sala de conciertos está confiada al Consorcio del Palau de la Música Catalana, integrado por la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, el Ministerio de Cultura y el Orfeó Català, como entidad propietaria del edificio. Actualmente, preside el Patronato del Consorcio el Muy Honorable José Montilla, Presidente de la Generalitat de Catalunya, y su Comité Ejecutivo lo preside el señor Félix Millet, Presidente del Orfeó Català.”

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(*) Texto copiado de la web del Palau de la Música Catalana

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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.