La noticia leída, cierta o inventada, me da lo mismo, de un bebé brasileño de dos meses de edad que iba dentro de una bolsa de plástico que flotaba en las aguas y fue rescatado y salvado, ha evocado en mi mente a todas esas otras criaturas - tan débiles e indefensas como el bebé de la conmovedora historia publicada - que mientras flotan en el claustro materno, dotado por el Creador a la mujer para recoger la siembra, crecimiento y resguardo de la simiente humana, son brutalmente arrancadas y asesinadas con, en muchas ocasiones y para colmo de los colmos , el consenso de su propia madre.
En una carta de un lector, dirigida a Minuto Digital, leí que en el 2004 fueron ochenta y cinco mil los abortos practicados en España, es decir, casi cien mil los niños así asesinados. ¡Qué horror!
Otras estadísticas hablan que la tasa media de natalidad española es ínfima, mientras se dan gracias y loas a los inmigrantes que nos ayuda a crecer; pero callan los costes y problemas que toda esa muchedumbre incontrolada de gentes nos están aportando a nuestra colectividad.
No es más simple, sencillo, natural, social y humano proteger la vida, en cualquiera de sus fases que seguir la actual coyuntura de interrumpir(matar) vidas inocentes; traumatizar la de muchas de las mujeres que los practican y , por otro lado, contribuir al negocio que algunos profesionales sin ética ni pudor han formado en torno al aborto y también a la fecundación puesto que, en muchos casos, los mismo centros y afamados especialistas que lideran los abortos son lo que progresan en los medios artificiales y antinatural de la concepción de la criatura humana. ¡Qué contrastes! ¡Viles contrastes!
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20 de julio de 2015: La pasada semana las noticias sobre sucesos nos hablaban de un bebé, un precioso bebé de menos de un mes, rescatado por la Guardia Civil, de un contenedor de basura, al que fue arrojado dentro de una bolsa. La historia se ha repetido en este otro lado del charco, con parecido final, es decir, el milagroso rescate con vida de la indefensa criatura. Pero...me pregunto ¿ qué nos pasa(*)?
(*) Me refiero al ser humano en general
En una carta de un lector, dirigida a Minuto Digital, leí que en el 2004 fueron ochenta y cinco mil los abortos practicados en España, es decir, casi cien mil los niños así asesinados. ¡Qué horror!
Otras estadísticas hablan que la tasa media de natalidad española es ínfima, mientras se dan gracias y loas a los inmigrantes que nos ayuda a crecer; pero callan los costes y problemas que toda esa muchedumbre incontrolada de gentes nos están aportando a nuestra colectividad.
No es más simple, sencillo, natural, social y humano proteger la vida, en cualquiera de sus fases que seguir la actual coyuntura de interrumpir(matar) vidas inocentes; traumatizar la de muchas de las mujeres que los practican y , por otro lado, contribuir al negocio que algunos profesionales sin ética ni pudor han formado en torno al aborto y también a la fecundación puesto que, en muchos casos, los mismo centros y afamados especialistas que lideran los abortos son lo que progresan en los medios artificiales y antinatural de la concepción de la criatura humana. ¡Qué contrastes! ¡Viles contrastes!
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(*) Me refiero al ser humano en general
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