Ayer leí en la sección Internacional, pág.10, de la LaVanguardia , información suscrita por el corresponsal en Bruselas de dicho periódico, recogida bajo el sugerente título "El rey de los belgas pierde el norte". Un discurso de Alberto II contra "el separatismo nefasto y anacrónico" desata las iras de los partidos flamencos.”
Según creí entender, a juicio del corresponsal "la monarquía belga se la está jugando" (son palabras textuales tal como las comillas (") lo indican). Lo dice porque el monarca "en su discurso de Año Nuevo ante los principales representantes públicos de Bélgica, incluidos los regionalistas, nacionalistas y secesionistas que dominan el paisaje flamenco desde distintas posiciones ideológicas" advirtió contra el peligro de "un separatismo nefasto y anacrónico" y de las tensiones entre regiones acentuadas -en opinión del rey belga - por "la existencia de diferencias de riqueza y la práctica de políticas dispares". Situaciones de desigualdad que habrían de ser mitigadas con "transferencias”. "(1)
No sé si el corresponsal tendrá razón y Alberto II se jugará la Corona.Su postura, sin embargo, me parece a mí digna y ejemplar de un mandatario, capaz de anteponer los intereses de la nación a la que pertenece a los suyos propios. Yo interpreto su acción sólo como el ejercicio valiente de su obligación. El deber de todo rey o gobernante es velar por el destino de todos los súbditos o ciudadanos del país. ¡Olé por Alberto II de Bélgica! Su hermano y antecesor, el rey Balduino, también dio muestra de coherencia al abdicar para no firmar una ley que iba en contra de sus convicciones cristianas.
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(1) En algunas cuestiones como, por citar algún ejemplo concreto, la discriminación lingüística del castellano en Cataluña, a mi me hubiese gustado oir el pronunciamiento en contra de esta política del soberano español.
Según creí entender, a juicio del corresponsal "la monarquía belga se la está jugando" (son palabras textuales tal como las comillas (") lo indican). Lo dice porque el monarca "en su discurso de Año Nuevo ante los principales representantes públicos de Bélgica, incluidos los regionalistas, nacionalistas y secesionistas que dominan el paisaje flamenco desde distintas posiciones ideológicas" advirtió contra el peligro de "un separatismo nefasto y anacrónico" y de las tensiones entre regiones acentuadas -en opinión del rey belga - por "la existencia de diferencias de riqueza y la práctica de políticas dispares". Situaciones de desigualdad que habrían de ser mitigadas con "transferencias”. "(1)
No sé si el corresponsal tendrá razón y Alberto II se jugará la Corona.Su postura, sin embargo, me parece a mí digna y ejemplar de un mandatario, capaz de anteponer los intereses de la nación a la que pertenece a los suyos propios. Yo interpreto su acción sólo como el ejercicio valiente de su obligación. El deber de todo rey o gobernante es velar por el destino de todos los súbditos o ciudadanos del país. ¡Olé por Alberto II de Bélgica! Su hermano y antecesor, el rey Balduino, también dio muestra de coherencia al abdicar para no firmar una ley que iba en contra de sus convicciones cristianas.
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(1) En algunas cuestiones como, por citar algún ejemplo concreto, la discriminación lingüística del castellano en Cataluña, a mi me hubiese gustado oir el pronunciamiento en contra de esta política del soberano español.
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