lunes, 14 de abril de 2008

El rey Fadh, agosto 02, 2005

Acabo de leer información diversa acerca del rey Fadh de Arabia Saudí, cuya muerte fue anunciada ayer. Me enteré por el telediario viendo las imágenes tantas veces repetidas de un señor de facciones y vestimenta árabes en una de sus numerosas visitas a España. Nada más.

La semblanza del personaje leída en El Mundo, así como sendos artículos publicados en los periódicos digitales argentinos, El Tribuno, y Página 12, me han permitido una mejor comprensión del personaje político que fue el fallecido rey Fahd. Hombre muy rico y poderoso que obró en su gestión de gobierno como discípulo aventajado de Maquiavelo, tal como nos lo demuestran sus hechos más emblemáticos. Transcribo unas frases del artículo firmado por Robert Fisk muy ilustrativas.

"Este fue el hombre, sin embargo, que fundó las legiones árabes contra la invasión soviética de Afganistán en 1979, cuando, como sabemos, Bin Laden tomó el rol de “príncipe” porque los príncipes reales de Fahd –incluyendo 7000 oficiales y no oficiales– preferían los bares de Mónaco o las prostitutas de París a sacar la espada por la religión en cuyas tierras se hallaban los grandes santuarios, La Meca y Medina. Y es el mismo Fahd que desató sobre el Golfo Arábigo, y eventualmente sobre los estadounidenses, el odio de Bin Laden y sus Al Qaida, al pedirle a Estados Unidos que enviara tropas para proteger la tierra del Profeta después de la invasión de Kuwait".
"Este fue el rey que volcó sus muchos fondos en las arcas de guerra de Saddam Hussein contra Irán, cuidadosamente no mencionando para nada los asesinatos con armas químicas de hasta 60.000 soldados y civiles iraníes durante ese conflicto, con la esperanza de que la Bestia de Bagdad (nuestro amigo en aquel momento, inútil decirlo) derrocaría a la bestia aún más terrible, el revolucionario ayatola Rubollah Jomeini. Cuando Saddam llegó a Kuwait, Fahd le escribió una carta, recordándole cuánto habían contribuido los sauditas a su guerra brutal contra Irán. “Oh gobernante de Irak –escribió Fahd–, el reino le entregó a tu país 25.734.469.885,80 de dólares.” Analizando esa cifra, calculé una vez que la cifra emitida por los cortesanos de Fahd estaba calculada por dólares y centavos. Pero los banqueros de Fahd calcularon que habían gastado 27.500 millones de dólares por la liberación de Estados Unidos de Kuwait, un poco más de lo que le habían pagado a Saddam."

"Fueron Fahd y los paquistaníes los que, en nombre de Estados Unidos, ayudaron a armar las milicias de Afganistán contra la Unión Soviética y, disgustado por las peleas de los vencedores, apoyó el ejército wahhabi del Mullah Omar de los clérigos fariseos campesinos, los talibanes. Bajo Fahd, el reino donó millones a las madrassas de Pakistán que fueron noticia nuevamente después del 7 de julio. Los talibanes (como algunos de los terroristas suicidas de Londres) eran un auténtico producto del wahhabismo, el estricto estado de fe islámica pseudorreformista de Arabia Saudita, fundado por el clérigo del siglo XVIII Mohamed Ibn Abdul-Wahhab."

"... por lo cual todo el discurso en Arabia Saudita moderna de “reprimir el terrorismo”, “proteger los derechos de la mujeres, reduciendo el poder de la policía religiosa”, es puro palabrerío. El rol de Arabia Saudita, bajo el liderazgo nominal de Fahd, durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 no ha sido totalmente explorado. Mientras que altos miembros de la familia real,... expresó el shock y el horror que se esperaba entonces, no se hizo ningún intento por examinar la naturaleza del wahhabismo y su inherente desprecio por toda representación de actividad humana o muerte. "

"La sociedad saudita no es, y no puede ser, una sociedad “moderna” en nuestro sentido del mundo, mientras el wahhabismo tenga el poder. Pero se le debe permitir hacerlo para proteger al rey. Y como se convierte cada vez más en un país pobre, las autoridades wahhabis y la policía religiosa se han hecho más fuertes. En la medida en que dependemos más de los sauditas para extraer petróleo, callamos cada vez más lo que está mal en el reino. Nuestra política hacia Arabia Saudita es igual a la que había en Irán antes de la caída del sha en 1979"

Me gustaría añadir - como última consideración - mi extrañeza ante la poca crítica o controversia que el régimen saudí despierta aquí en España. Raro, ¿no?.

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