Esta conmovedora imagen es la de la viejecita madrileña, desahuciada de su casa por un Don Casto del presente. Un prestamista que, seguro de que la casa de la anciana sería para él, prestó al hijo de aquélla una cantidad de dinero que bien sabía no podría devolverle, dada la manifiesta insolvencia y la precariedad de la situación económica del peticionario, pues, en su necesidad de obtener dinero rápido, dispuso indolentemente, de la vivienda de sus padres y único bien de la anciana viuda, fruto de toda una vida de trabajos y esfuerzos.
Seguidamente, transcribo (copio y pego) unos párrafos del artículo firmado por Gustavo Vidal, publicado por diarioprogresita.com, titulado "La anciana de 85 años desahuciada en Vallecas, su hijo y el Rayo Vallecano":
"En los últimos días se ha hablado, y mucho, de un suceso desgarrador. Una anciana de 85 años era lanzada, en Vallecas, de una vivienda que había sido suya.
La matización “que había sido suya” es muy importante, pues, en contra de lo que se dice, nadie puede ser desahuciado de SU casa. Es decir, si has pagado una casa forma parte de tu propiedad y nadie tiene derecho a disponer de ella sin tu permiso, y mucho menos a echarte. Del mismo modo, en el caso de los alquileres, la ley garantiza que el uso de una vivienda se disfrute pacíficamente si se cumplen, por ambas partes, los términos pactados en el contrato de arrendamiento. En caso de incumplimiento, la parte que considere vulnerado su derecho puede instar la resolución.
... el drama, era que aquella vivienda ya no pertenecía a la anciana. ..su hijo suscribió un contrato de préstamo de varias docenas de miles de euros… ¡y con la vivienda de su madre como aval! ... ningún banco asumiera la operación crediticia, .. evidencia lo arriesgado de la aventura económica del hijo… con el piso de su madre.
Cuando este sabio y prudente retoño no pudo devolver el dinero, la otra parte ejecutó el aval… Es terrible, sin duda, pero… Particularmente, no implicaría a nadie (y menos a una madre anciana) en un “fregao” de miles de euros con su vivienda como aval. A este respecto, estos días he leído y escuchado comentarios iracundos, incendiarios, contra la policía, los bancos (que ni han intervenido en esta ocasión) y los gobiernos. Todos podrían resultar acertados y hasta merecidos en otros escenarios, pero en este supuesto entiendo que yerran la dirección."
Comparto con el firmante de la noticia, Gustavo Vidal, que, en este dramático caso, no son los bancos, ni la policía ni los gobiernos los merecedores de la condena popular, sino algunos mucho más cercanos a la anciana.
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