martes, 14 de abril de 2020

El Covid-19 (II) ¿Dónde la sanidad para todos?

“El Covid-19, ese virus que hace estragos entre los más mayores” llegó y sus letales efectos se hicieron (y hacen) sentir en todo lo largo de la geografía nacional.  

Las cifras exactas se desconocen, al menos por parte de la opinión pública.  Tampoco creo que interese mucho que los datos concretos, exactos, sean conocidos. Tal como estamos ya acostumbrados, o yo lo estoy, el tema se ha politizado de inmediato, o se pretendió, cuando, al principio, y siendo entonces la Comunidad Madrileña la más azotada por la Pandemia, comenzaron a descubrirse los muchos casos de contagiados y víctimas mortales que eran localizados en las residencias de ancianos. 

Pero de inmediato, la realidad hizo patente que la plaga hacía estragos allí donde se concentraban las gentes mayores, es decir, en los geriátricos, en las residencias de ancianos y en los centros de día, y, además, independientemente, de su localización, ya fuera en Madrid, en Cataluña, en Alicante, en Soria…Los mayores iban cayendo y,  en tal número, que en algunos de estos sitios, se entendió justa la aplicación  de un protocolo discriminatorio de los cuidados médicos según  la edad del enfermo, y  hasta se fijó  una edad concreta ( 80 años, otros dicen que el protocolo fijaba a partir de 60 años, ) para su ingreso en  las UCI.
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¡Muy fuerte!, ¿verdad?  Más aún si tenemos en cuenta que justamente al colectivo que ahora se le limitaba o negaba la necesaria medicina y asistencia médica es la que durante estos cuarenta o cincuenta años anteriores ha cotizado los impuestos y cuotas de la Seguridad Social, y contribuido con ello  al sostenimiento de buena parte, si no toda, del sistema público   Sanitario y de Bienestar Social  que hoy tenemos. Y, por tanto, no se le daba nada que no hubiese pagado ya.  Un derecho, el mismo derecho que en 27.7.2018, por Decreto Ley, el gobierno  socialista de Pedro Sánchez "con la filosofía de que “una sociedad justa no deja a nadie atrás”,  aprobó un real decreto que garantizaba la atención sanitaria a todas las personas que vivan en España, en igualdad de condiciones"

Añado enlaces con información en relación a la cuestión más arriba abordada:
A continuación destaco aquellos párrafos a mi modesto entender más significativos de este artículo:
“En total, los pensionistas pagan 13.500 millones al Fisco. Sin embargo, lo que los pensionistas pagan a Hacienda cada año vía IRPF es una cifra superior, tal como especifican los técnicos de Gestha. "No existe una información estadística del resto de ingresos y de las circunstancias personales y familiares de los pensionistas”, señala José María Mollinedo, secretario general de Gestha, pese a lo cual, "se puede razonablemente estimar el impacto en la cuota íntegra del IRPF de los pensionistas en alrededor de 13.467 millones de euros", tomando como referencia los datos de la Administración Tributaria de 2018.(…) Tal y como especifican los expertos, estos casi 13.500 millones resultan de considerar únicamente el efecto en el IRPF de la pensión media, al margen de cualquier otro ingreso que pudieran disponer, y de si han presentado la declaración o no, por lo que "esta restricción habrá infraestimado el impacto tributario". Es decir, en la práctica, es muy probable que los pensionistas contribuyan a Hacienda con una cifra superior a esos 13.500 millones de euros anuales(::.)Estas estadísticas de los Técnicos de Hacienda arrojan un dato cuanto menos curioso, ya que se comprueba que con ese dinero que Hacienda ingresa por las nóminas de los pensionistas se podría casi cubrir el déficit de la Seguridad Social, que se acerca a los 18.000 millones de euros a finales de 2019. Es decir: los propios impuestos directos que generan y pagan los pensionistas por sus pensiones podrían servir para tapar la inmensa mayoría del desequilibrio actual de la Seguridad Social”.
“El Defensor del Paciente ha denunciado ante la Audiencia Nacional a las comunidades autónomas de Madrid, Castilla y León y Cataluña por ser las regiones en las que se han registrado un mayor número de mayores fallecidos por coronavirus en residencias”
“Adela Cortina, Javier Gomá, Fernando Savater y Pablo D'Ors han reflexionado sobre la actual situación de crisis sanitaria generada por la pandemia de coronavirus, alertando de que el cuidado de mayores es una responsabilidad social y que "no hacerlo es inmoral".De esta forma entran en el debate suscitado ante la postura de países como Holanda o Bélgica, que optan por el tratamiento de los más ancianos fuera de los hospitales y también tras conocerse un documento de la Generalitat catalana de no ingresar a los mayores de 80 años en las UCI.(…) Javier Gomá observa cómo en algunos momentos se ha llegado a plantear esta crisis como una cuestión de "dos castas": una de "jóvenes y sanos, que serían de mejor condición, y otra, de peor condición, casta secundaria y subalterna, compuesta por ancianos, enfermos y discapacitados"."Sostengo que no existe más que una raza, sin castas, de hombres y mujeres con la misma dignidad. Por tanto, las medidas del Gobierno deben tratar a los débiles no sólo como si tuvieran la misma dignidad que ancianos y enfermos, sino con un plus de cuidado, porque los poderes deben suplir la falta de fuerzas y la indefensión a las que están sometidas los débiles", ha apuntado.


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