La Pandemia del Covid-19 en
España se está cebando con los más mayores (los “viejos”). Colectivo entre los
que me hallo. Pero, no es ello lo que me
impulsa a escribir, sino el sentimiento –incapaz de definir- que me produce el tan inesperado como abrupto final de tantos
seres, que, como yo, conocieron, pero principalmente vivieron, en un país
diametralmente opuesto al que han
muerto. Y, jamás, intuyo pudieron,- como yo-
esperar y nunca desear. Una
España desarticulada, en la que prima la indolencia, la falta de valores morales,
cívicos y religiosos, así como la
promiscuidad y licencia en las costumbres y olvido de las tradiciones..
Muchos - dejémonos de hipocresía- hacía ya mucho tiempo, vivían lejos de los
suyos, fuera de lo que había sido su hogar o entorno. Prácticamente, olvidados.
Sin visitas regulares, y ni tan siquiera, de vez en cuando, alguna llamadita de
teléfono. Los antiguamente “asilos de ancianos”, hoy eufemísticamente conocidos
como geriátricos, o “residencias de ancianos” concentraban la mayor parte de
este segmento de la población. Algunos
estaban allí por voluntad propia y, fundamentalmente, porque sus
recursos económicos le permitían esta autonomía, bien por su pensión,
por sus ahorros o hasta por el artilugio
financiero conocido como “hipoteca inversa”. Otros, los muchos, por decisión de
sus familiares, debido al deterioro de sus condiciones físicas o mentales, cuya
atención y cuidado en las debidas
condiciones se hacían muy complicados y difíciles. Cuidados y atenciones que estaban
asegurados en estos centros, salvo escabrosas
y puntuales historias.
El panorama anterior,
sucintamente describe la situación de muchos de los más mayores visto desde un
plano de lo familiar, pero donde, sin
duda, su existencia tiene capital importancia económica es en los
capítulos de “Pensiones” y de “Sanidad y Salud Pública”. Puesto que, según
creo, España ocupa uno de los primeros lugares en esperanza de vida.
Consecuentemente, hace mucho, muchísimo tiempo, que las pensiones
y la
sostenibilidad de la Seguridad Social, son
temas de primerísima actualidad y discusión. Así las cosas, quedó grabada en mi memoria,
la controversia levantada en el año
2013, cuando en Japón, el país del mundo, creo, con población de más edad, su ministro de
finanzas Taro Aso recriminó a sus
viejos por vivir tantos años y les conminó a morirse pronto para resolver el
problema(1). En España, pienso, el asunto pasó bastante desapercibido.
Y también recordaba una película, vista muchos
años atrás, siendo aún joven y clase activa, que me impresionó por la
resignación de las gentes ante una ley
que fijaba la duración del plazo de vida. Y cuando cumplían los años
fijados iban dócilmente a que se les administrara la muerte, ¡horror! Esta natural aceptación fue lo
que guardaba en el recuerdo. Sin embargo, ahora que he localizado la película, “Cuando el destino nos
alcance,”( 2) anticipo que no era éste el detalle más escabroso de la
trama argumental.
En otras ocasiones he citado al médico
psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, Jung, para quien la casualidad - señalaba- no
existe, sino causalidad. Y resulta algo sospechoso que surja un virus de tan
rápida propagación y con efectos tan letales, principalmente, en el
colectivo humano de más edad. Colectivo que no hay que olvidar, representa para
los países parecidos a España, una fortísima carga, no sólo por el pago de
pensiones, sino porque es el máximo consumidor de los recursos y medicamentos del
sistema público sanitario. Pero la causa principal es porque en todas esas
latitudes, me refiero a los países que están siendo golpeados por el letal
virus, los principios éticos no cuentan.(3) Pasaron de moda. Lo que vale y se impone es lo
económico, el Dinero, elevado a supremo hacedor. Empezamos con la licitud del
aborto y ahora hay que dar salida a tanto personal (4) . ¡Hagan sitio, señores!
______________
(1)Ministro de finanzas japonés,
año 2013, conmina a sus mayores a morirse pronto para resolver problema del
gasto público en seguridad social: Detallo algunos enlaces en relación a esta
noticia:
https://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/22/internacional/1358870209.html
“Taro Aso, responsable del área
económica, pidió a los ancianos del país que "se den prisa en morir"
para que de esta manera el Estado no tenga que pagar su atención médica. Dichas
declaraciones han sido recibidas como un insulto en un país con una
sensibilidad especial hacia la tercera edad y donde casi una cuarta parte de
sus 128 millones de habitantes son mayores de 60 años. Se calcula que la
proporción aumentará hasta el 40% en los próximos 50 años.
"Dios no quiera que ustedes se
vean obligados a vivir cuando quieran morir. Yo me despertaría sintiéndome mal
sabiendo que todo [el tratamiento] está pagado por el Gobierno", dijo Aso
durante una reunión del Consejo Nacional sobre la reforma de la Seguridad
Social, según informa el diario británico 'The Guardian'. "El problema no
se resolverá a menos que ustedes se den prisa en morir", remachó.”
2)
Película “Cuando
el destino nos alcance”. Basada en
una novela titulada ¡HAGAN
SITIO! ¡HAGAN SITIO! de Harry
Harrison) se sitúa en el Nueva York del año 2020, una macrópolis de 40
millones de habitantes … Recomiendo la lectura de la sinopsis de la
película. Me indujo a recordar la coletilla
que advierte que cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
(3) Ética : Detallo algunas de
las noticias leídas estos días que al menos desde mi particular punto de vista,
pone en evidencia la falta de principios imperante en nuestro entorno, tanto por
parte de dirigentes políticos como de algunos profesionales de la medicina.
https://www.abc.es/sociedad/abci-belgica-pide-dejar-morir-ancianos-fuera-hospital-202003310347_noticia.html?fbclid=IwAR00VHHMrLjTE1LEH0EP3NE-3cSR9MwKcXPUp9zCsMxBusWaBTbbMBEDmd8#vca=rrss-inducido
Información publicada con fecha 31.3.20
http://sem.gencat.cat/ca/inici
(Servicios de emergencias médicas)
https://www.elnacional.cat/enblau/es/television/jaume-padros-el-mundo-coronavirus-catalunya_487446_102.html (Presidente del Colegio de Médicos de
Cataluña , declaraciones a El Mundo)
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