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3 de abril de 2014:
Releyendo algunas de las conclusiones de los estudios realizados por Toynbee, luego de analizar la caída de veintiseis antiguas civilizaciones, pienso que el sabio británico no iba desencaminado, especialmente si sus manifestaciones las llevo a la realidad de la España de hoy y la de Cataluña en particular. Resaltaré aquellos párrafos más significativos:
" En su investigación describió el auge y la caída de 26 civilizaciones a través
del curso de la Historia, y observó que en todas ellas el origen se situaba
en una respuesta ofrecida por la población en conjunto, dirigida por una minoría
elitista con capacidad creativa, para superar el reto natural o social a que esa
población estaba sometida.(…) no negaba la importancia al factor
determinista (clima, geografía, biología), pero defendía que el mayor mérito se
hallaba en la respuesta de la sociedad, en la capacidad de la colectividad para
modificar el curso de los acontecimientos.
(…)La capacidad de renovación, de emitir nuevas
respuestas creativas a los retos con que se va enfrentando una sociedad, es la
clave de la evolución histórica.
(…) Toynbee también
estipulaba, lógicamente, el ocaso de una civilización, que se producía cuando
la elite dirigente cerraba la puerta a la creatividad de otros grupos,
convirtiéndose en una tiranía despótica, ...
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5 de septiembre de
2017: La afirmación de Toynbee :"el
mayor mérito se halla en la respuesta de la sociedad, en la capacidad de la
colectividad para modificar el curso de los acontecimientos", me
induce a reflexionar negativamente acerca de si nosotros, la sociedad civil
catalana en su conjunto, tiene , al
presente, la capacidad necesaria para frenar , hasta definitivamente parar, la deriva independentista en la que nos ha
metido esta élite de avariciosos desenfrenados que llevan cuarenta años
moviendo los hilos del poder económico-político en aras exclusivas de su
particular beneficio y aprovechamiento propio, de ellos y de los suyos y de
NADIE MAS; viendo, como veo, la disgregación
del cuerpo social, pero, principal y
básicamente, su descomposición moral. Han sabido hacerlo, así, pues, sólo nos queda confiar en la Divina Providencia.
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