jueves, 5 de diciembre de 2013

Las primeras profesiones de los políticos y jefes de estado

Las primeras profesiones de los políticos y jefes de estado

De los nueve seleccionados, los nuestros, Rajoy y Rubalcaba, fueron de los más "señoritos".

Añado comentario a la noticia firmado por José Mª Lafora Ballesteros , porque me ha parecido muy ingenioso y también divertido:

"El chiste fácil nos llevaría a lamentarnos de que Rajoy hubiera dejado de limpiar escaleras. Sin embargo, prescindiendo de tal tentación, se nos dispara la imaginación deleitándonos en ubicar a ciertos personajes en otras profesiones más acordes con su naturaleza pero, sobre todo, menos lesivas para los intereses generales de la ciudadanía. España y los españoles, sin duda, habríamos ganado mucho y perdido poco si, efectivamente, Rajoy se hubiera dedicado a limpiar escaleras, si Zapatero hubiera sido profesionalmente coherente con su apellido, si la Sra. Cospedal hubiera dirigido una financiera en su sección de pagos diferidos, si Bárcenas se hubiera dedicado a la fabricación de chocolate suizo, si Trillo hubiera sido ministro plenipotenciario en Honduras, si Ana Botella hubiera orientado su carrera profesional hacia la enseñanza del inglés, si Aznar hubiera tenido un estudio fotográfico en las Azores, si Rubalcaba fuera representante de tratamientos capilares, si Juan Carlos de Borbón hubiérase dedicado a guía de safaris en Bostwana, si Artur Más hubiera sido operario de una fábrica de butifarra, si el sr. Bono monaguillo o Rita Barberá fallera mayor. Cualquier recorrido por esta sutil redefinición de nuestra realidad resulta altamente gratificante, tan gratificante como deprimente se nos antoja el requiebro que nos jugó el destino."

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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.