domingo, 21 de marzo de 2010

Desviar la atención de la opinión pública de los problemas propios

 
Llevo días oyendo, especialmente en los telediarios, sobre los abusos a menores realizados en Irlanda por sacerdotes. La noticia parece ser fuente de inagotable caudal. En contraste, sin duda alguna, con los silencios ante las reiteradas violaciones de los mas elementales derechos humanos, injusticias y hasta crímenes, en países como, por ejemplo, Rusia, Cuba y China,Marruecos, etc., cometidos por sus dirigentes, sin que los medios de comunicación de aquí se impongan el deber de airearlos y recordarlos, día sí y día también, a la opinión pública española. Con esta postura, pienso, se persiguen dos objetivos:
- En primer lugar, silenciar la gravedad de los delitos que cometen los gobernantes de los regímenes de izquierda, las autarquías islámicas, etc., cuyas represalias, indudablemente, temen. Y, de paso, obviar o dejar en un muy secundario lugar, para congraciarse con los que nos gobiernan, las injusticias, los abusos, y demás cuestiones propias y consecuentemente de mayor interés nacional, como, y son sólo unos ejemplos, que los padres no puedan elegir el centro, ni el  tipo de educación  ni la lengua castellana para la  enseñanza de sus hijos.



20 de agosto de 2022: En algún telediario o quizás á través de información leída en un medio digital supe del secuestro de un obispo por parte de la dictadura nicaragüense. 

Pese a lo trascendental e inaudito de la noticia, observo que ésta no está teniendo en los medios y, consecuentemente, entre la opinión pública española el eco que tal hecho debería provocar. Para, principalmente, condenar y luego exigir la liberación  del sacerdote. 

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/persecucion-contra-la-iglesia-en-nicaragua-secuestran-al-obispo-mas-critico-del-regimen-en-medio-del-nid19082022/



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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.