Hoy me gustaría hablar de lo que fuera, en otros tiempos, según creo, un elemento básico de la Escuela. Me estoy refiriendo al "Maestro", o "la Maestra". Figura, en la mayoría de los casos, caracterizada por su vocación, abnegación y entrega. ¡Qué raro suena el vocablo vocación!, ¿verdad? Pues este factor, por otro lado, imprescindible, era, pienso, el motor de aquellos hombres y mujeres que antaño presidían nuestras aulas de estudios primarios de cuya labor docente muchos somos fruto. Dentro de esta imagen de otrora, generalizada e imperante en España, destacaba la precariedad en que los maestros rurales, los de los pueblos, desarrollaron su labor. En ocasiones, como maestro único y única aula, en la que, con autoridad, disciplina y respeto, desarrollaban e impartían sus clases y en donde se reunían todos los niños y sus respectivos grados de escolaridad. Épocas, entonces, en que eran numerosos los papás y mamás sin casi instrucción, cuyos conocimientos se ceñían a leer, escribir y las cuatro reglas. O sea, que la enseñanza, la transmisión de conocimientos, estaba en la Escuela y en el Maestro. Los niños iban a la Escuela, mandados por sus padres, a estudiar, a que les enseñaran y aprendieran. ¡Qué sencillo!
Al escribir estas frases, me ha venido a la memoria "Don Camilo," ese librito que me gusta tanto, de Giovanni Guareschi, en el que se describe, bueno, más bien aparece en dos o tres de los episodios del libro, el personaje de la vieja maestra. La entrañable viejecita , por la cual el bruto y temible alcalde comunista y secretario del partido, Pepón, sentía un cálido temor, mezclado con un sentimiento de reconocimiento y enorme respecto por su labor de magisterio, que él, Pepón, había desaprovechado y tenía remordimientos.
8 de diciembre de 2014, festividad de la Inmaculada Concepción de María, patrona de España, qué mejor día para hablar , más bien añadir, algunas de mis consideraciones personales sobre la función primordial del maestro/maestra de escuela. Y es que, casualmente, he dado con un vídeo muy bonito, que seguidamente enlazo, y cuya visión me hizo recordar una noticia leída en La Vanguardia recientemente, en relación al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien tuvo el privilegio de tener una maestra vocacional como la descrita por Giovanni Guareschi, en su inmortal obra "Don Camilo, un mundo pequeño", y, consiguientemente, adornada con todos los dones otorgados por Dios, mostrados en el vídeo, a todos los que bien ejercen esta trascendental profesión.
A continuación transcribo(copio y pego) aquellos párrafos de la noticia publicada en LV que mejor describen cómo era la labor de la maestra:
"Allí, Morales se reencontró con su primera maestra, Elva, y se fundieron en un emotivo abrazo ante la presencia de otros exalumnos, ...
"Con una buena educación es posible progresar", dijo hoy el gobernante boliviano tras visitar el nuevo edificio que alberga el colegio en el que estudió durante la época en que su padre trabajaba en el sector agrario en Canilegua, en el límite entre Jujuy y Salta.
Elva, de 75 años de edad, recordó que, cuando fue maestra de Morales, enseñaba sin luz ni agua a alumnos de distintas edades simultáneamente. "
Al escribir estas frases, me ha venido a la memoria "Don Camilo," ese librito que me gusta tanto, de Giovanni Guareschi, en el que se describe, bueno, más bien aparece en dos o tres de los episodios del libro, el personaje de la vieja maestra. La entrañable viejecita , por la cual el bruto y temible alcalde comunista y secretario del partido, Pepón, sentía un cálido temor, mezclado con un sentimiento de reconocimiento y enorme respecto por su labor de magisterio, que él, Pepón, había desaprovechado y tenía remordimientos.
A continuación transcribo(copio y pego) aquellos párrafos de la noticia publicada en LV que mejor describen cómo era la labor de la maestra:
"Allí, Morales se reencontró con su primera maestra, Elva, y se fundieron en un emotivo abrazo ante la presencia de otros exalumnos, ...
"Con una buena educación es posible progresar", dijo hoy el gobernante boliviano tras visitar el nuevo edificio que alberga el colegio en el que estudió durante la época en que su padre trabajaba en el sector agrario en Canilegua, en el límite entre Jujuy y Salta.
Elva, de 75 años de edad, recordó que, cuando fue maestra de Morales, enseñaba sin luz ni agua a alumnos de distintas edades simultáneamente. "
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