Con el verano nos llegan noticias de los incendios que se van produciendo por la geografía nacional. Según leo parece que este año toca de nuevo a Cataluña. Hace unos días ardieron montones de hectáreas de bosque en Tarragona ; ayer le tocó a Barcelona, por la zona de Castellbisbal. Área muy próxima a Martorell, que también fue afectada ya por otros incendios en días atrás.
Pienso que, los incendios forestales y la consecuente quema de infinidad de hectáreas de montes, aumenta cada año; lo cual no debería ser así, si se llevaran a la práctica elementales medidas de prevención de riesgos por parte de aquellos municipios con importantes zonas forestales en su radio comarcal.Para empezar estos municipios deberían ser rigurosísimos consigo mismos y con el vecindario a su cargo en la cuestión del cumplimiento de la normativa vigente en esta materia, exhortando a ello mediante bandos municipales en la lengua o lenguas que el municipio tenga la certeza de ser bien entendido por toda la ciudadanía a la que va dirigido y olvidándose de la demagogia del uso único de una lengua oficial o vehicular. Luego, vigilar se cumpla por todos, incluidos ellos mismos.Asimismo, de modo sistemático y riguroso, cada año, en los comienzos de la primavera inspeccionar el estado y la situación de parcelas, fincas y zonas boscosas de la periferia municipal. Promoviendo que los vigilantes municipales recorran el municipio y tal como si de coches mal aparcados se tratase, cuando se de incumplimiento grave, aplicar la inmediata multa. Este servicio de vigilancia especial debería habilitarse y funcionar desde junio hasta septiembre. Y durante otoño e invierno sería aconsejable que aquellos municipios que cuenten con una dotación de personal de parques y jardines los destine a cuidados y tareas de las zonas verdes y forestales comunes de mayor riesgo o peligrosidad en caso de incendios.
¡Seamos decentes, tal como señaló el presidente del gobierno luego de la aprobación de la ley de “matrimonio” entre homosexuales!
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