La interrupción ha sido larga, unos ocho días. En este tiempo he leído mucho sobre la misma cuestión del fatídico 11-M en Madrid y el cruce de imputaciones acerca de la utilización partidista de dicha masacre terrorista.
También yo caí en el círculo vicioso de consideraciones y consecuencias políticas derivadas del cruel atentado, dejando acaso en un segundo plano la noticia innegable, que un jueves de marzo, en hora punta, una organización criminal llevó a cabo un magno sabotaje en cadena, en unas líneas de tren, en las que, de ordinario, se desplazan los que trabajan, los que estudian, gente en su mayoría de clase modesta. Un efectivo atentado contra toda la nación española; cuyas consecuencias finales son difíciles de calcular, pero cuyos primeros efectos concluyentes son los alrededor de doscientos muertos, los mutilados, heridos, familiares y los más próximos a todos ellos. Y, asimismo, la confusión y el desorden de ideas creado y promovido entre las gentes con la ayuda inestimable de los medios de comunicación. Que han olvidado, una vez más, que el periodismo consiste en contar noticias, hechos contrastados y documentados. Y que el cuento, el guión cinematográfico, etc. son literatura, géneros en los que se mezclan realidad y ficción. Así las cosas, pienso sería más conveniente centrarme, mayormente, en la lectura de libros, cuyo autor, aunque firme bajo seudónimo, puedo- si quiero - finalmente, identificar.
También yo caí en el círculo vicioso de consideraciones y consecuencias políticas derivadas del cruel atentado, dejando acaso en un segundo plano la noticia innegable, que un jueves de marzo, en hora punta, una organización criminal llevó a cabo un magno sabotaje en cadena, en unas líneas de tren, en las que, de ordinario, se desplazan los que trabajan, los que estudian, gente en su mayoría de clase modesta. Un efectivo atentado contra toda la nación española; cuyas consecuencias finales son difíciles de calcular, pero cuyos primeros efectos concluyentes son los alrededor de doscientos muertos, los mutilados, heridos, familiares y los más próximos a todos ellos. Y, asimismo, la confusión y el desorden de ideas creado y promovido entre las gentes con la ayuda inestimable de los medios de comunicación. Que han olvidado, una vez más, que el periodismo consiste en contar noticias, hechos contrastados y documentados. Y que el cuento, el guión cinematográfico, etc. son literatura, géneros en los que se mezclan realidad y ficción. Así las cosas, pienso sería más conveniente centrarme, mayormente, en la lectura de libros, cuyo autor, aunque firme bajo seudónimo, puedo- si quiero - finalmente, identificar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario