No tengo palabras para describir mi indignación, dolor y miedo por el atentado en Londres. Acto terrorista asestado por unos viles asesinos que matan y mutilan cuerpos de inocentes víctimas, malévola acción que posteriormente se completará con una sutil labor de siembra de odios sesgados, cuyos actores, para mí, son tan terroristas como los primeros, porque matan y mutilan verdades, ideas y valores. Me refiero, obviamente, a los que falsean hechos y transforman verdades, adulterando y corrompiendo los pensamientos y la razón. Y, para que no quede duda de quiénes hablo, señalo a todos esos seudo periodistas, comentaristas y demás que, ante la barbaridad perpetrada, se dedican a persuadir a la opinión pública, solapadamente, de que los inductores y autores materiales no son los verdaderos responsables de la masacre indiscriminada y cruel que vemos, sino “otros”. ¡Qué canallada!En primer lugar, por derivar hacia un inocente o inocentes la culpabilidad . Y, en segundo, por distraer a la opinión pública de la cuestión pura y dura que es la consecución de un crimen masivo, perpetrado con alevosía, premeditación y ocultación, en lugares y horas seleccionadas para causar el mayor daño posible contra seres que no les han hecho nada. Gentes corrientes…tú o yo podíamos ser una de esas víctimas inocentes.
Ayer, en el telediario de las 8 de la tarde de TVE2, emisión para Cataluña, asistí, con perplejidad, a una muestra de ello, cuando se trasmitió la imagen - tantas y tantas veces puesta- del acuerdo de las Azores; en la que aparecen los gobernantes en esos momentos de tres de los cuatro países que lo suscribieron, es decir, Reino Unido, EEUU y España, sin Portugal. La foto apareció como fondo cuando uno de los comentaristas de prensa invitado exponía su hipótesis de que la salvajada de Londres fuera una consecuencia más de los posicionamientos favorables y apoyos prestados por determinados gobiernos a la denominada Guerra de Iraq.
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Enero 2011 Ejemplo más significativo aún de la amplitud y la profundidad de la corrupción del estamento periodístico español , pero especialmente del catalán, lo tenemos en el casi nulo tratamiento informativo que se está dando al elevado y creciente endeudamiento público de la Generalitat, con sus repercusiones negativas para la economía española en su conjunto. U, otro buen ejemplo, el silencio absoluto que ha seguido a la información publicada a mediados de diciembre último en relación a la familia Carulla, y sus presuntos fraudes y/o evasiones de cientos de miles o de millones de euros en el pago de impuestos de sociedades, de patrimonio y del IRPF(Cotizalia) 17,12,2010
Ayer, en el telediario de las 8 de la tarde de TVE2, emisión para Cataluña, asistí, con perplejidad, a una muestra de ello, cuando se trasmitió la imagen - tantas y tantas veces puesta- del acuerdo de las Azores; en la que aparecen los gobernantes en esos momentos de tres de los cuatro países que lo suscribieron, es decir, Reino Unido, EEUU y España, sin Portugal. La foto apareció como fondo cuando uno de los comentaristas de prensa invitado exponía su hipótesis de que la salvajada de Londres fuera una consecuencia más de los posicionamientos favorables y apoyos prestados por determinados gobiernos a la denominada Guerra de Iraq.
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Enero 2011 Ejemplo más significativo aún de la amplitud y la profundidad de la corrupción del estamento periodístico español , pero especialmente del catalán, lo tenemos en el casi nulo tratamiento informativo que se está dando al elevado y creciente endeudamiento público de la Generalitat, con sus repercusiones negativas para la economía española en su conjunto. U, otro buen ejemplo, el silencio absoluto que ha seguido a la información publicada a mediados de diciembre último en relación a la familia Carulla, y sus presuntos fraudes y/o evasiones de cientos de miles o de millones de euros en el pago de impuestos de sociedades, de patrimonio y del IRPF(Cotizalia) 17,12,2010
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