12 de diciembre de 2021: El pasado 8 de diciembre fue la Inmaculada, Patrona de
España, hoy conmemoramos la Virgen de Guadalupe, Patrona de México.
Pero de lo
que quiero hablar no tiene nada que ver con la onomástica del día, sino de la
miserable condición de nuestra humana naturaleza que algunos escritores son
capaces de reflejar en sus obras y además de manera conmovedora, tal como lo ha
hecho el irlandés John Boyne
en su libro “El niño con el pijama de rayas”. Obra que según tengo conocimiento
en muchos colegios de Cataluña fue
lectura obligada para los alumnos de la ESO.
La historia es muy simple , en la Alemania nazi, el padre de
una acomodada familia es destinado a dirigir el campo de exterminio de Auchviz,
lugar a donde se trasladan todos. La familia la componen el matrimonio y dos
hijos, una niña de 12 años y Bruno, el protagonista, de 9 añitos. La corta edad
de Bruno le impide conocer las tan siniestras como míseras causas de la
existencia de las gentes vestidas todas iguales y encerradas tras las vallas en
las dependencias ajenas a su nueva casa. El azar hará que Bruno conozca y
entable amistad con el pequeño Samuel, un prisionero judío de su misma edad. No
hay un final feliz. Pero esta novela
sirve para reflexionar acerca de las desastrosas consecuencias para todos de la sin
razón del nacionalismo cerril llevado a sus extremos.
El autor,
Boyne, en las últimas páginas del libro explicita que : “…pasó hace mucho, mucho tiempo, y nunca podría volver a pasar nada
parecido. Hoy en día, no.” Desafortunadamente, los buenos deseos del
escritor irlandés no se han cumplido. Y como ejemplo, en primer lugar, lo
ocurrido en Srebrenica en
1995, un lugar
de la antigua Yugoeslavia. Y más cerca, Cataluña, este rincón de España, en
donde estos últimos días es noticia un niñito de cinco años, de la localidad deCanet, que está siendo objeto, él y su familia, de las iras de los
independentistas y nacionalistas cerriles por el simple hecho de los padres exigir
se cumpla la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ampliando al
25%( dos horas del total de horas lectivas) en lengua castellana.
Una vez más
se cumple aquello de que la realidad supera a la ficción.
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