Son muchas las enseñanzas que podemos sacar de la última lección del joven profesor Abel Martínez Oliva. La primera la necesidad de que la Escuela vuelva a ser escuela, y no guardería hasta los deiciseis años. Y al mismo tiempo, reivindicar la labor del docente y el debido respecto y consideración que su figura merece. Llegado a esta consideración , enlazo con el artículo de opinión de Ignacio Camacho, en ABC, titulado "Inimputable", cuya lectura íntegra aconsejo, y del que resalto algunas de sus afirmaciones:
"El autor del crimen, trece años, es inimputable. No sólo eso: con la estricta ley de menores en la mano ni siquiera se le puede dar una bofetada. Alboroto social, ruido de ira. Debate furioso de doctrinas pedagógicas y penales: permisividad, control, integración, disciplina, seguridad, castigo. La evidencia de un trastorno mental para el que no existen métodos de detección ni protocolos de prevención en nuestro sistema de enseñanza. Estupor por el arsenal casero –ballesta, machete, cócteles molotov– que el alumno portaba en su mochila. Perfiles psicológicos sensacionalistas y superficiales. Y algunas, sólo algunas, reflexiones sobre el papel educativo y moral de la familia, de la misma sociedad de la violencia banalizada y fácil. Demasiadas interrogantes, pocas certezas salvo el escalofrío de una tragedia sin respuestas.
Pero hay varios heridos y un profesor muerto, asaeteado y acuchillado en la tarima. Un hombre que quería enseñar Historia. Un educador rodeado de problemas de los que no es responsable: la falta de control parental, el papeleo burocrático, el desinterés o la desmotivación del alumnado, la estructural funcionarial de la docencia, la ausencia de jerarquías sociales y de valores en la vida cotidiana de los adolescentes. Montones de chavales en la edad de mayor confusión emocional a los que cada mañana dejamos en manos de un grupo de profesionales para que hagan con ellos lo que buenamente puedan y nos los devuelvan convertidos en personas más cultas y rectas. Con pliegos de exigencias crecientes sobre las condiciones de su tarea. Delegando en la escuela un compromiso propio e indeclinable."
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