martes, 6 de enero de 2015

Cuán verde... (¡Aquéllas familias numerosas!)

Cuán verde... (¡Aquéllas familias numerosas!)


6 de enero de 2015: He rescatado este comentario acerca del libro de Llewellyn, "Cuán verde era mi valle", porque entiendo que  entonces, marzo 2008, más que comentar el libro lo aproveché para exponer mi punto de vista sobre el tema de la llamada "reproducción asistida", así como de la evolución decreciente del número de hijos tenidos por las familias españolas. Cuestión más digna de estar archivada aquí, en este blog.

La visión de la película "La familia y uno más",  que TV 1, puso el pasado sábado en "Cine de barrio”, precedida por el pase de las imágenes sobre  personajes y  hechos más sobresalientes en 1965, año de realización de la citada película, me retrotrajo a la España de hace cincuenta años y muy especialmente al tipo medio de familia, diametralmente distinto al presente, tanto en su fondo como por sus formas y los roles de sus miembros. ¡Qué cambiazo! Según oí uno de estos días pasados en la radio,- no he conseguido enlazar con las estadísticas dadas - el cincuenta por ciento de las parejas se separan o divorcian en los cinco primeros años, en los quince ya se han roto el 75%, y, lo que más llamó mi atención fue que se resaltaba que el 66% de los niños españoles están dentro de estas disoluciones.

Pienso que casi todos tenemos experiencias cercanas de lo que creo hoy se denomina familia monoparental, mayoritariamente formada por una mujer y los hijos bajo su custodia, así como las numerosas parejas del presente, muchas sin ningún vínculo matrimonial legal, con hijos comunes, más los que cada uno hubiera tenido de anteriores parejas. No obstante, la chiquillería en su conjunto, no suele superar el número de cuatro o cinco, porque predomina el hijo único o el  máximo de un par de criaturas. El concepto aquel de los hijos como bendición del Cielo, se ha sustituido como un fenómeno factible de ser programado para momentos escogidos a tenor de la voluntad de la pareja, o del progenitor o progenitores de turno. Por regla general, o bastante común, se relega el momento para después de haber disfrutado un poco, viajado, tener un estatus profesional, recursos  holgados para el mantenimiento con comodidades y buenas expectativas de vida material tanto para la propia pareja como para la potencial prole. Y, consecuentemente, con demasiada frecuencia, y como era fácilmente de esperar, cuando se quiere, pues, no vienen. Abunda la madre primeriza treintona y el padre con apariencia de abuelo.

Los puntos por hijos y ayudas a la familia por parte de la administración pública no existen ni tampoco se esperan. Especialmente si los componentes son originarios de este viejo país llamado España.

Los mayores, es decir, los abuelos muchos engrosan los colectivos de internos en los geriátricos, o sea, los antes llamados asilos pero ahora buen negocio de particulares y sociedades lucrativas.

Dejo el tema, ya que el tiempo se acaba.

 

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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.