lunes, 28 de julio de 2008

El Carmelo, tragedia colectiva, febrero 11, 2005

No me estoy refiriendo a la montaña de Palestina , sino al barrio barcelonés que ahora denominan" El Carmel", situado en las laderas del Monte Carmelo en Collserola.  Casualmente, hace unos años, la misma barriada fue noticia por el derrumbamiento de una casa afectada por “aluminosis”. Murió una mujer y se supo que muchos edificios de la zona estaban en parecidas condiciones. Con el tiempo, no se volvió a hablar más de ello. Pues bien, ahora , vuelve a ser noticia, y también por una cuestión de derrumbamientos, aunque éstos producidos por las obras públicas que está llevando a cabo la Generalitat para ampliación de la línea de Metro. Comenzó con grietas en múltiples viviendas del vecindario, seguido de la espontánea apertura de un enorme agujero que se tragó un garaje y obligó, en prevención de mayores males, al derrumbamiento inmediato de dos edificios contiguos, así como al desalojo de otras muchas viviendas y comercios de los alrededores. O sea, un centenar de personas pierden sus hogares o negocios y más de mil son desalojadas. Tampoco se sabe si aquí terminarán los estropicios provocados. La imagen que se pudo ver, mostraba una montaña de ruinas. ¡Una calamidad!

En resumen, considero que resulta realmente dramático verte sin esperarlo sin casa, muebles, ropas, enseres, recuerdos,...¡Todos reducidos a un enorme amasijo de escombros apilados en un descomunal vertedero! Si a ello, añades ver eludir responsabilidades, ocultar y restar la trascendencia real de lo sucedido, entonces no es sólo dramático, sino  trágico. ¡Pobres gentes del Carmelo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales

Mi foto
Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.