Acabo de leer en Yahoo Noticias las conclusiones con la que da por cerrado su trabajo la Comisión del 11 de marzo. Lo primero que debo aclarar es que los argumentos de mi comentario se basan en un artículo de Ignacio Camacho publicado en ABC, el 11 de mayo de 2004, en el cual expone las dos opciones que los trabajos de los componentes de la Comisión podían seguir:
- Averiguar mediante pruebas y datos contrastados la verdad, dura y pura, con todas sus consecuencias (catarsis).
“Esa comisión tendrá valor si es capaz de aportar, a través de testimonios o
pruebas documentales, una letra a la música ya conocida, una visión de conjunto
que esclarezca las zonas de sombra pendientes en el desarrollo de los hechos. "
“Pero será una farsa si, como es previsible, traslada a su mecánica funcional el
correlato de fuerzas del Parlamento, y se convierte en arma arrojadiza para un
ajuste retroactivo de cuentas.”
- Lo que al parecer se ha hecho al dar unas conclusiones y dictámenes sesgados políticamente (pantomima). Como bien dice el dicho " para este viaje no hacían falta tantas alforjas". Así las cosas, para saber la verdad de todo lo acontecido desde el fatídico 11M hasta el 14M, se nos vislumbran- pienso - pocas posibilidades. Acaso la que dentro de sesenta o más años, los herederos de alguno de los periodistas, o de los funcionarios públicos, los policías, o de los soplones que intervinieron esos días en estos hechos, por sacar dinero, también saquen las pruebas que ahora no salen. Del mismo modo como hace poco leí referente al soplón Garganta Profunda ; o leía ayer, hizo un hijo del periodista norteamericano que cubrió lo de la bomba atómica en Nagasaki. El cual exhibe ahora notas y fotos que su progenitor se vio obligado a ocultar.
“El diario nacional Mainichi comenzó a publicar este mes una serie de notas y de fotografías de Weller sobre Nagasaki, ubicada 980 km al suroeste de Tokio. El material fue rechazado por los censores militares estadounidenses, y permaneció perdido durante 6 décadas.”
“Las copias al carbón de las notas, que tenían una extensión total de unas 25.000 palabras en 75 páginas escritas a máquina, fueron descubiertas por su hijo, Anthony, junto con una veintena de fotografías, el verano pasado, en su departamento en Roma, informó el diario.”
En resumen, triste consuelo el que nos queda.
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