Acabo de leer sobre los incendios aun activos y ello me induce a reflexionar sobre cómo cada verano, desgraciadamente, son originados muchos fuegos en nuestros montes, con enormes daños y pérdidas materiales y de vidas humanas que son aceptados por la opinión pública con la pasividad propia de quien acepta un destino fatal o fatum. Actitud de algún modo inducida por la escasa atención que, una vez apagados o controlados estos incendios, dan los medios de comunicación, los grupos ecologistas, los políticos, los actores, los artistas y demás "comunicadores", y rehúsan, no sé si intencionadamente, la gravedad y repercusión negativa que para el bien particular de los directamente afectados y para el bien común o general tiene la destrucción sistemática y continua de tanta riqueza forestal.
¿Por qué, las mismas voces que se levantaron cuando lo del Prestige, no lo hicieron el verano pasado cuando los incendio en la Costa Brava , o recientemente cuando lo de los montes de Huelva, o ahora con los distintos incendios en la propia Galicia? ¿Qué criterios son los utilizados para denunciar, exigir responsabilidades públicas y castigo de los culpables por acción y omisión, pedir el justo resarcimiento de los afectados y, en resumen, movilizar a la opinión pública por los desastres ecológicos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario