El derecho de los espectadores a la imparcialidad y precisión en las informaciones recibidas es el argumento básico puesto en práctica por la CBS con su decisión de prescindir de varios de sus notables. Entre ellos, Dan Rather, un veterano presentador estrella. El cargo imputado es “no haber dado información contrastada”.
La CBS ha dado así una magistral lección. La información o noticia no debe ser objeto de creación, tal como si de la confección de un traje a medida por un chapucero modisto se tratase. No. Ha de ser captada y transmitida con fidelidad y rigor por profesionales. Lo demás es tergiversación, manipulación, verdades a medias y mucha mentira. Pero esto último es hoy, desgraciadamente, lo que abunda.
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