martes, 27 de mayo de 2008

Vidas paralelas(V) ( La desigualdad fiscal), mayo 24, 2005

Siguiendo con las cuestiones básicas en las que los intereses y preocupaciones del ciudadano español parecen ir en línea no convergente con la del gobierno y fuerzas políticas, hablaré hoy de la discriminación fiscal.(*)

Según noticia leída este fin de semana a través de Google, en Levante, EMV, de Valencia.(**)“La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado denunció hoy la existencia de una "amnistía fiscal de hecho" para las 3.000 empresas y grupos económicos que facturan más de 60 millones de euros anuales, ya que muchas de ellas no han sido nunca objeto de inspección por parte de la Agencia Tributaria”

A pesar de la gravedad de la denuncia hecha por los que entienden del tema, veo no está teniendo trascendencia alguna. Y me pregunto ¿cómo puede pasar desapercibida, reducida a la sección de economía o exclusivamente a la prensa de estas mismas características, tan odiosa discriminación fiscal? ¡Es escandaloso! Los que vivimos de una nómina estamos bien fichados y controlados, puesto que la empresa retiene lo que va destinado a la Hacienda Pública , el IRPF o Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas.

Cada año el Estado nos acosa para que ingresemos en sus arcas hasta el último euro, sin perdón, ni benevolencia. Circunstancia bien conocida por el contribuyente y aún más por aquel que expresamente haya modificado u omitido algún concepto contributivo y los cinco años siguientes vive asediado por la incertidumbre y el miedo de ser “cogido” por los de Hacienda, y, consecuentemente, recibir "su merecido palo" en forma de complementaria. Mientras las grandes empresas en el caso de haber infringido algunas de las reglas impositivas resulta que viven en la más absoluta tranquilidad porque tienen una probabilidad muy pequeña de ser inspeccionados, y casi nula de repetir comprobación en los venideros años. ¿No son estas diferencias dignas de urgente rectificación?
A continuación copio textos sacados de información del 24 o 25.05.2005 sobre el origen de los ingresos de la Hacienda Pública Española para el primer cuatrimestre del 2005:
"Según Hacienda, el aumento se deriva, sobre todo, del avance de la recaudación impositiva, con subidas del 14,9 por ciento en el caso de los impuestos directos (hasta 28.360 millones de euros) y del 13,4 por ciento los indirectos (hasta 31.128 millones)."

"El IRPF reportó 22.249 millones de euros, el 13,1 por ciento más que en los primeros cuatro meses de 2004, gracias a las retenciones del trabajo, y el Impuesto sobre Sociedades recaudó 5.406 millones de euros, el treinta por ciento más, debido a las menores devoluciones."

"Reiteró que la evolución del Impuesto sobre Sociedades refleja la buena situación de las empresas españolas y sus "positivas" perspectivas, coherentes con la actividad económica, al tiempo que valoró que el PP "apoye" la propuesta socialista de reducirlo."
___________
(*) Aquí sólo comento la diferencia del trato fiscal dado por la Admón. Pública al ciudadano común comparado con el que da a una empresa de importante facturación anual. Pero no terminan aquí las discriminaciones impositivas entre los ciudadanos españoles, también las hay e importantes, muy importantes, por el sólo hecho de pertenecer a una u otra de las diecisiete comunidades autónomas en que este país llamado España está dividido. Y ello a pesar de la teórica igualdad de todos los españoles fijada en la Constitución vigente de 1978.(**) Ante la imposibilidad de enlazar con la información facilitada entonces por El Mercantil de Levante, lo hago con la de Cinco Días.com bajo el título “Los inspectores de Hacienda denuncian una "amnistía fiscal" para las grandes empresas”. Recomiendo la lectura íntegra de la noticia.

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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.