martes, 18 de julio de 2017

De los colores dominantes tras cuarenta años de “democracia”


 Hoy, 18 de julio de 2017, quiero exponer mis particulares consideraciones sobre estos compulsivos cuarenta últimos años de la historia de esta España de mis amores y desamores.  Época que se inicia tras la muerte en su cama del dictador Franco, y en la que, los de a pie, las estamos viendo de casi todos los colores del arco iris, desde el verde esperanzador de los primeros tiempos de la recién instaurada democracia; pasando por los rojos de las numerosas y deleznables acciones terroristas de la criminal ETA, de las del GRAPO, los asesinatos del GAL, por las víctimas del magno atentado terrorista atribuida a unos integristas islámicos (¿?) el aciago 11 de marzode 2004. Y  también, aunque en tono menor, por las cifras negativas (números rojos) de los déficits y deudas de lasadministraciones públicas que tan nefastos efectos sobre el conjunto de la población tiene. Así como, por qué no, el rojo de la vergüenza nacional por el desprestigio de nuestras instituciones incapaces de  defendernos de todos aquellos que nos han conducido a la ruina económica, pero principalmente moral, arrastrados por  los desafueros de unas élites entronizadas en los centros de poder político-económico de España.

Los escalados marrones brindados por los múltiples escándalos económico financieros, las corrupciones, fraudes  y demás  hechos de índole similar que hemos conocido a lo largo y ancho de la piel de toro, en los que hemos visto, vemos( y, seguramente, veremos) involucrados a personajes en apariencia de elevada solvencia económica y moral del ancho espectro político, económico, social y cultural.

El gris  representado por  la opacidad y, en muchos casos,  total falta de información veraz en tiempo real por parte de nuestros tan parciales medios de comunicación, alineados en derechas e izquierdas, aunque en la práctica, con pocas excepciones, trabajan silenciosamente, sumisos al poder de turno y lugar.  Así como el amarillo que también algunos de ellos imprimen a la información, magnificando y exaltando hechos intrascendentes y a personajes de escasa entidad y nula catadura moral.

 El morado lo contemplamos  cuando vemos la codicia avariciosa de los que tienen mucho y se afanan en aprovecharse de los demás, estrujándolos, a pesar de que éstos tienen mucho menos que ellos, y, como vulgarmente se dice, “se ponen morados” acumulando riquezas y prebendas múltiples y abundantes para sí y los suyos. Son insaciables.

Pero, desgraciadamente, en estos momentos, pienso que quizás  el color  negro sea el imperante en el ánimo de muchos   españoles, ante  las perspectivas nada halagüeñas que nos ofrece el futuro incierto fruto de todo lo antes expuesto y aumentada la intensidad del tono por el desafío soberanista del grupúsculo de independentistas que controlan las instituciones y organismos de gobierno de la Comunidad catalana, empecinados ya desde hace unos cuantos años en la ruptura de los tradicionales lazos de unión de las gentes de España.


Así, pues, echo en falta el azul que representa la lealtad, la confianza, la sabiduría, la justicia, la inteligencia, la fe, la verdad y el Cielo Eterno. Y, también, el blanco, color asociado a la luz, la bondad, la inocencia, la pureza y la virginidad, símbolo de seguridad, pureza y limpieza, que a diferencia del negro, tiene una connotación positiva. 

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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.