Doña Bárbara - Corrupción institucional
Leyendo a “Doña Bárbara”, he podido contrastar ciertas universales prácticas por parte de los poderosos de cualquier época y lugar del mundo, tales como sus componendas y chanchullos para burlar las leyes, o su avaricia desmedida. Pero, lo peor de todo, es comprobar la sumisión de las instituciones y autoridades a estos poderosos, a cuyo servicio y consecución de intereses particulares viciosamente se inclinan.
Empezaré comentando las leyes “ad hoc” (*); pienso que con este latinajo lo que se quiere decir, en términos que todos entendamos, es que están hechas a la medida, o al gusto, de los intereses de alguien en particular. En el caso de la novela, en el Capítulo XII, “Algún día será verdad”, página 110, se cuenta cómo la doña había logrado que una ley importantísima para aquella comunidad, es decir, el Llano venezolano, fuera conocida como “Ley de doña Bárbara. Porque dicen que ella pagó para que se la hicieran a la medida”. Con lo cual se ve que es costumbre generalizada y antigua de los poderosos pervertir y corromper a su antojo, incluso al más alto nivel institucional, es decir, legisladores y jueces, para y sólo su único y particular interés.
Sigo por la prevaricación. “Mujiquita” y Ño Pernaletes”, son los nombres de dos de los personajes que aparecen en la novela. Dos prevaricadores a través de cuyos tejemanejes se nos describen los efectos de una extendida y permanente corrupción dentro de los que ostentan y representan al poder e instituciones civiles y judiciales, con su correspondiente corolario de iniquidades e injusticias, múltiples y variadas, siempre a favor del fuerte, poderoso y rico y en contra del débil, del pobre y del necesitado. Resoluciones anti natura, dictadas en contra del sentido común, acompañadas de las lecturas e interpretaciones sesgadas de la ley a conveniencia del mandamás o cacique de turno, a cuyos intereses y arbitrariedades están subordinados en sumisa e incondicional servidumbre. La descripción que el autor venezolano hace de estos tipos y de sus inmoralidades, merecen elogio. Con qué maestría se describe la bajeza de Mujiquita, un juez sumiso, colocado a dedo, quien, a sabiendas de lo que hace y del perjuicio o fraude que con sus sentencias infringe o puede infringir, el muy cínico, no vacila en fallar las más injustas y escandalosas. (pág. 262 y 263)
Creo que aquí y ahora, España 2007, podría dar múltiples ejemplos.
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(*) Para esto, adecuado a esto.
26 de diciembre de 2017: Particularmente me asombra la decisión del juez de la Mata de reducir de 3 a medio millón la fianza impuesta al mayor de los Pujol para salir de la prisión provisional en la que se halla desde abril de este año, coincidiendo además el conocimiento público de esta decisión con la publicación del auto el mismo día de la celebración de las elecciones autonómicas catalanas convocadas tras la declaración unilateral de independencia por unos asilvestrados gobernantes catalanes y la consiguiente aplicación del artículo 155 de la Constitución Española para restituir el orden establecido a dicha Comunidad . ¿Casualidad?¿Causalidad?
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