Acabo de leer información sobre dos acontecimientos de este fin de semana: el asesinato de un joven en Berga, y el "No" mayoritario de los franceses a la Constitución de la UE de los veinticinco.
La local - como siempre- con silencios, semiverdades informativas, parcialidad y ocultaciones. La verdad, pura y dura, como un objetivo a alcanzar o esperanza en un horizonte lejano (Así es aunque suene a literatura). ¿ quién puede explicar qué y cuáles fueron en realidad las causa de lo que pasó?
La otra noticia, la de allá, la de la contestación negativa dada por una mayoría de franceses a su gobierno, nos manifiesta - una vez más, las grandes diferencias entre una y otra ciudadanía (la francesa y la española). Aquella coherente, crítica y exigente con quienes elige para que administren durante un tiempo la cuestión pública, entendiéndola como bien común, el de todos o por lo menos el de la mayoría. Sin olvidar, además, que dicho "No" mayoritario tiene legitimidad plena, debido a más del setenta por ciento de franceses que ejercieron su obligación y derecho al voto.- ¡Chapeau pueblo de Francia!
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