Las fotografías, principalmente las tomas aéreas, de la manifestación celebrada en Madrid por la AVT, vistas en algunos de los telediarios, nos dicen y hablan más que todas las palabras de los politicastros y sus acólitos. He leído alguna opinión e información sobre esta cuestión y ello me induce a pensar que acaso exista en la actualidad como un trasfondo contrario a la libertad de expresión de las castigadas víctimas del terrorismo de ETA.Estas son mis consideraciones:
- Empiezo por la definición del término víctima, según diccionario de la Lengua Española:
1 -"persona o animal sacrificado o destinado al sacrificio"; 2" persona que se expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra "y, 3 "persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita". Como se ve(lee), en todas las acepciones de esta palabra se da la circunstancia de ser sujeto pasivo; es otro el que ataca y hiere. A veces con intención clara y otras fortuita, por azar. Pero, de uno u otro modo, la víctima es la que recibe, no la que da. Como consecuencia inmediata, parece justo y de elemental sentido común, el resarcimiento del agredido contra la obligación de la autoridad de castigar al agresor en medida proporcional a los daños de su agresión, ¿verdad?
- En España, antes del aciago 11-M-2004, no hubo, o jamás trascendió a la opinión pública, las discrepancias habidas entre los distintos colectivos que aglutinaban las víctimas del terrorismo, causadas bien por los criminales del GRAPO, o los de la ETA; haberse cometido en Cataluña, en Andalucía, o en Galicia; y las víctimas ser canarias, barcelonesas, sevillanas, zaragozanos, etc. Ahora parece existir diferencias entre las asociaciones según la pertenencia del grupo al que se dice corresponder la autoría del atentado, la región de la víctima y/o cualquier otro argumento que cree separación. ¿Por qué antes no y ahora sí, la existencia de criterios de distinción? ¿Quién o qué los ha creado? ¿Con qué finalidad?
- En distintas ocasiones, el actual jefe del ejecutivo español, Rodríguez Zapatero, ha reivindicado la memoria de un abuelo militar que fue ejecutado por las tropas franquistas en los inicios de la Guerra Civil. Parece, pues, persona idónea para comprender, mejor que otras, los agravios y perjuicios de toda índole, físicos, morales, etc. sufridos por las víctimas, sus familias y allegados, causados por la banda asesina ETA, en una España democrática y en tiempos de paz.
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