La pensión de la viuda de Arafat o contar la verdad a destiempo, noviembre 13, 2004

Según leo, a la viuda de Arafat le quedará una pensión millonaria, acordada con la Autoridad Nacional Palestina . Me llamó la atención la buena gestión de la viuda para asegurarse una cuantiosa asignación anual con la cual afrontar su porvenir sin Arafat. Por cierto, en franco contraste con el resto de las mujeres palestinas a quienes no les dan tan generosa compensación cuando pierden marido, padre, hermanos o hijos.

Pero, más me sorprendió, si cabe, la existencia, dicen, de unos fondos ocultos de miles de millones de dólares repartidos por bancos de distintos países del mundo. Dineros administrados por el fallecido a su antojo,(*) como se puede concluir por la última orden de transferencia de once millones de dólares hecha a favor de su esposa. Reproduzco información al respecto leída en Terra:

“El semanario austríaco "Format" revela en su edición de mañana, viernes, que la red financiera controlada por Arafat iba desde Canadá al Caribe pasando por el norte de África y sus cuentas suman no menos de 1.500 millones de dólares (unos 1.152 millones de euros).”Reflexiono que, con demasiada frecuencia, personajes entronizados en el poder político mezclan “nación” con “gobierno” y/o “nación - país” con su propia persona, “YO”. De modo que uno y otro se identifiquen como una sola cosa. Consecuentemente, cualquier acción crítica a sus actuaciones personales sean interpretados como dirigidos contra el país en cuestión.

Imagino que, al igual que a mí, son muchos los que cuando se habla de Palestina(1) automáticamente, le viene la imagen de Arafat con su toquilla a cuadros. Sin embargo, Palestina es la patria de los palestinos, de sus hombres y mujeres,  viejos, jóvenes y niños. Consecuentemente, para todos ellos habrían de haber sido - deberían ser - los fondos recaudados en el nombre de la causa Palestina. (1)
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(1) Enlazo " Palestina" con dos direcciones diferentes para así tener dos puntos de vista de una misma realidad.

(*)Hice este comentario a finales del 2004; han trancurrido unos seis años y, en estos últimos meses, muchos países islámicos del norte de Africa y de la península Arábica están convulsionados; al parecer, reclamando libertades y derechos elementales hasta el presente a ellos negados por los autócratas que los dirigen. Ha caído ya el régimen deTunez, también el de Egipto y , en estos momentos la tensión se centra en Libia, donde Gadafi da zarpazos a diestra y siniestra. Y es ahora cuando en los telediarios y tertulias televisivas y radiofónicas se habla y hasta se dan detalles de las fortunas, inmensas fortunas, que todos estos "reyezuelos" han acumulado, fruto de la explotación vil de sus gentes. Las cuales, en su inmensa mayoría, viven en la miseria y en condiciones de derechos humanos muy precarias. ¡Un poco tarde!,¿no? Es de esperar que cuando se tambaleen los de Arabia Saudí, Marruecos, etc. etc.y vayan cayendo, entonces, también aquí se dignarán contarnos con pelos y detalles de los abusos y vilezas miles de estos regímenes para con sus pueblos. Y no olvido el régimen castrista cubano; no sé si ya son cincuenta los años que los Castros gobiernan en Cuba, país  que buena parte de su población está fuera, y los de dentro, salvo los del partido y los Castros, viven en la más absoluta miseria  económica y también de libertades.

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2 de mayo de 2018:Al releer este comentario antiguo, reflexiono acerca de la costumbre bastante generalizada entre el periodismo activo en España y en especial en Cataluña, con contadas excepciones, de contar las verdades, cuando estas verdades son incómodas para determinados regímenes o grupos ideológicos, no mientras ocurren, sino luego, bastante a posteriori, y siempre que se haya producido su caída,  tales como algunos de los ejemplos citados en el añadido de hace unos siete u ocho años atrás, cuando lo de los movimientos organizados, sabe Dios por quién, de las mal llamadas primaveras árabes. Todo lo cual me lleva a mi realidad inmediata, es decir, a lo que está pasando en España y concretamente en Cataluña, y de los silencios, manipulaciones, tergiversaciones  y hasta ocultación de la verdad por parte del periodismo en boga. Los sempiternos Judas, traidores, que venden a los suyos y dicen  o callan lo que les manden.