Me tocaba hablar de" La Gitanilla" o de "La ilustre fregona" de Cervantes, pero desde la pasada semana hay un tema que pienso está pasando desapercibido. Se trata de Ali Lmrabet, un periodista marroquí que de nuevo ha sido silenciado por el régimen de su país. La primera vez le cerraron las publicaciones que editaba y lo metieron en la cárcel. Todo porque, aunque de modo satírico, trató sobre los negocios de la familia reinante de Marruecos. Ahora lo han vuelto a callar por la cuestión de si son o no son refugiados los saharauis. Otros que también están siendo olvidados por todos.
Sin embargo, lo que a mí me asombra es la escasa repercusión de esta noticia en España y en la UE. Especialmente Francia, habida cuenta de las razones históricas que le unen al vecino Reino. Además, el hecho de que aún no se hallan elevado voces y exigencias de organizaciones de prensa protestando por este atropello contra la libertad de expresión en general y los derechos humanos en particular. Tuve conocimiento por un pequeño recuadro publicado en La Vanguardia del pasado miércoles 13 de abril en la página 11 del suplemento salmón. En claro contraste con la amplia información ofrecida por 20Minutos.
Sin embargo, lo que a mí me asombra es la escasa repercusión de esta noticia en España y en la UE. Especialmente Francia, habida cuenta de las razones históricas que le unen al vecino Reino. Además, el hecho de que aún no se hallan elevado voces y exigencias de organizaciones de prensa protestando por este atropello contra la libertad de expresión en general y los derechos humanos en particular. Tuve conocimiento por un pequeño recuadro publicado en La Vanguardia del pasado miércoles 13 de abril en la página 11 del suplemento salmón. En claro contraste con la amplia información ofrecida por 20Minutos.
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