Seguidamente detallo aquellos párrafos y frases según mi parecer más significativos y de vigencia , es decir, aplicables por entero, a esta España de mis amores, y en mayor medida a Cataluña de mi corazón.
(…) el mayor peligro para la libertad de expresión y de pensamiento no
proviene de la intromisión directa (…) de cualquier organismo oficial.(…) En este país, la cobardía intelectual
es el peor enemigo al que han de hacer frente periodistas y escritores en general.(…)Cualquier persona cabal y con experiencia periodística tendrá
que admitir que, … la censura oficial (…)ha sido correcta y de una clara tolerancia
para las opiniones minoritarias. El
hecho más lamentable en relación con la censura literaria en nuestro país ha
sido principalmente de carácter voluntario. Las ideas impopulares,
según se ha visto, pueden ser silenciadas y los hechos desagradables ocultarse
sin necesidad de ninguna prohibición oficial(…) estas mismas
noticias son eludidas por la prensa …, no porque el
gobierno las prohíba, sino porque existe un acuerdo general y tácito sobre
ciertos hechos que «no deben» mencionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa … siga tal como está:
muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados
que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos
temas importantes. Pero esta misma clase de censura velada actúa también sobre
los libros y las publicaciones en general, así como sobre el cine, el teatro y
la radio(…)en un momento dado se crea una ortodoxia,(dogma, verdad , “post verdad”)
una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas
sin discusión alguna… Y lo peor es que esta conspiración nacional (…) se
produce a pesar de unos probados antecedentes (...)El servilismo con el que la mayor parte de la intelligentsia se ha
tragado y repetido los tópicos de la propaganda (…)Publicación tras
publicación, sin controversia alguna, se han ido aceptando y divulgando (…) con un desprecio absoluto hacia la verdad
histórica y hacia la seriedad intelectual(…)entre la indiferencia de nuestra prensa de izquierdas; y cualquier escrito en su defensa, aunque
fuera una simple carta al director, vio rechazada su publicación... no sólo se consideraba reprobable cualquier
tipo de crítica (…), sino que incluso se mantenía secreta(...)… es importante distinguir entre el tipo
de censura que se imponen voluntariamente los intelectuales (…) y la que
proviene de los grupos de presión(…)Desde luego que era posible
publicar libros anti…, pero hacerlo equivalía a condenarse a ser ignorado por
la mayoría de los periódicos importantes. Tanto pública como privadamente se
vivía consciente de que aquello «no debía» hacerse y, aunque se arguyera que lo que se decía era cierto, la
respuesta era tildarlo de «inoportuno» y «al servicio de» intereses
reaccionarios(…)Acontecimientos similares (…) se juzgaban según
distintos criterios. (…) Si la libertad intelectual ha sido sin duda alguna
uno de los principios básicos de la civilización occidental, o no significa
nada o significa que cada uno debe tener pleno derecho a decir y a imprimir
lo que él cree que es la verdad, siempre que ello no impida que el resto de la
comunidad tenga la posibilidad de expresarse por los mismos inequívocos caminos(…)ello incumbe principalmente a la intelectualidad científica y
literaria el papel de guardián de esa libertad que está empezando a ser
menospreciada en la teoría y en la práctica(...)Los marxistas
claman a los cuatro vientos que la «libertad burguesa» es una ilusión, mientras
una creencia muy extendida actualmente argumenta diciendo que la única manera
de defender la libertad es por medio de
métodos totalitarios(…) aplastar a los enemigos sin que importen los medios
utilizados. (…)Todos los que
sostienen esta postura no se dan cuenta de que, al apoyar los métodos
totalitarios, llegará un momento en que estos métodos serán usados «contra»
ellos y no «por» ellos(…)están
dispuestos no sólo a tolerar la censura sino a falsificar deliberadamente la
Historia (1)(…)Cambiar una ortodoxia por otra no supone necesariamente
un progreso, porque el verdadero
enemigo está en la creación de una mentalidad «gramofónica» repetitiva, tanto
si se está como si no de acuerdo con el disco que suena en aquel momento(…)la
libertad intelectual es una tradición profundamente arraigada sin la cual
nuestra cultura occidental dudosamente podría existir. Muchos intelectuales han dado la espalda a esta tradición, aceptando
el principio de que una obra deberá ser publicada o prohibida, loada o
condenada, no por sus méritos sino según su oportunidad ideológica o política.
Y otros, que no comparten este punto de vista, lo aceptan, sin embargo, por
cobardía(…) En la actualidad, en nuestro país (…) los intelectuales
no vacilan en mancillar la inteligencia…
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(1) Orwell cita el
ejemplo de “Diez días que conmovieron al
mundo” y dice “los comunistas ingleses destruyeron en gran parte la edición
original, lanzando después una versión amañada en la que omitieron las
menciones a Trotsky así como la introducción escrita por el propio Lenin. Si
hubiera existido una auténtica intelectualidad liberal en Gran Bretaña, este
acto de piratería hubiera sido expuesto y denunciado en todos los periódicos del
país. La realidad es que las protestas fueron escasas o nulas”.
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