“El Rey echa por tierra lo que Zapatero le prometió a Mohamed VI”, así reza el título dado por El Semanal Digital(*) a la noticia del viaje de los Reyes de España a Argelia, país que, según creo, es un viejo suministrador de gas, a precio preferente, para España. También he leído que la postura apoyada por este país magrebí, Argelia, vecino de Marruecos, respecto a los casi siempre olvidados saharauis, es la de un referéndum para su autodeterminación. Decisión acordada por la ONU y, tradicionalmente, hasta el presente, apoyada por España.
Así las cosas, el jefe de gobierno de España, Rodríguez Zapatero, días atrás, siguiendo las más puras líneas de su singular manera de actuar en política, que no nos coge de nuevo, de burlar lo literalmente escrito y hacer nuevas e interesadas versiones que satisfagan sólo a unos cuantos de los españoles, entre los cuales, es de suponer, se hallen él y los suyos, de partido o..., en la vuelta que se dio por Marruecos, con buena parte de sus ministros y ministras, se desdijo del tradicional apoyo de España al referéndum y abrazó la postura planteada por los dirigentes de Marruecos. Posición, en franca contradicción al criterio hasta ahora defendido por España y enfrentado, también, al de Argelia. Dicho de otro modo, al proveedor de gas a precio más barato.
No obstante, no es este cambio de política exterior el objeto de mi comentario. Me centraré, pues, respecto a lo que quiero realmente reflejar que es mi asombro ante la posible discrepancia pública del jefe del estado español, el Rey, con el jefe del gobierno, Rodríguez Zapatero, comentada en las noticias publicadas por los diferentes medios. Porque me produce gran pesar ver que la Corona no haya manifestado públicamente discrepancias con los gobiernos de turno en otros asuntos concernientes a todos los españoles, tan o más importantes, aunque no económicos. Como, por ejemplo, ayer hizo tres años, posponer las elecciones del 14 de marzo de 2004 para celebrarlas cuando los ánimos estuvieran mas calmados y, principalmente, aclarados hechos y autorías reales. O, el tema general de la mala calidad de la educación, con su apartado de discriminación, en determinadas comunidades de la Nación, de la enseñanza de la común lengua española. Sin olvidar la controvertida ley denominada “Matrimonio de homosexuales”, ni determinados apartados de la ley de Reproducción Asistida. Cuestiones sobre las que, seguramente, la real institución algo podría haber hecho y, acaso, hacer.De todos modos, es de agradecer el interés mostrado en su gesto y palabras por no sé bien si lo del gas, o quizás la defensa del pueblo saharaui.
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(*) Originariamente enlazaba con información publicada por El Semanal Digital. Link desestimado por no poder encontrar la noticia buscada.
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