sábado, 4 de mayo de 2013

Primero de Mayo, fiesta del trabajo



Ayer, estuve leyendo acerca del “Primero de Mayo”, Día Internacional de los Trabajadores”, y según dice Wikipedia, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales.
Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, y se celebra en muchos países.”

Es decir que la jornada de ocho horas se las debemos a unos que en su empeño dejaron hasta la piel. Menuda paradoja – pienso – transcurridos más de ciento veinticinco años de aquel suceso, sólo una parte del mundo del trabajo disfruta de dichas ocho horas de trabajo, quizás los que están en los  países de la OCDE . Sin embargo, otra buena parte, acaso, mayoritaria, los que están en países como China, India, Pakistán, Bangladés, etc., a éstos no les han llegado las reivindicaciones alcanzadas- dicen universales- para los trabajadores, pero, gracias a ello- como estamos viendo- son los que siguen trabajando, sin peligro de que este elemento escaso para nosotros, a ellos les falte. Claro que tampoco les han llegado las grandes inversiones en maquinaria liberadora de mano de obra, ni sus gobernantes se ven precisados a legislar a su favor prohibiendo y persiguiendo la esclavitud y las condiciones que se les asemeje porque son regímenes tiránicos o seudo tiránicos y además los patronos de sus fábricas.

Otra de las ideas que me rondan es ver la pasividad (indiferencia) que tenemos los  trabajadores de esa parte del mundo donde por ley(por lo menos sobre el papel) imperan  humanas condiciones laborales, (ocho horas, vacaciones, jubilación, seguridad social, etc. etc.) ante la inhumana y arbitraria explotación de aquellos otros  trabajadores que no tienen la misma suerte. Porque se habla mucho de un mundo global, de la globalización, cuando de relaciones de comercio exterior, flujo de capitales, etc. se trata. Pero, ¿por qué, pues,  la clase trabajadora mundial no piensa en un sindicato único, también global que promueva la implantación de condiciones humanas y  universales de trabajo, que vincule la producción global , pero, principalmente ampare englobándola a la total población trabajadora del mundo?

Y ya que me he puesto a señalar mis ideas y reflexiones personales resaltaré la para mi verificación, en las relaciones laborales actuales españolas, de una realidad bien distinta a la que se nos cuenta. Relaciones que razono han experimentado un significativo empeoramiento. Porque una cosa es lo que prescriben las leyes y normas, las muchas y hasta exhaustivas leyes laborales, y otra la práctica al uso; es decir, lo que, en estos treinta y pico largos años, en el mundo laboral español viene aconteciendo; que es la entronización de  la práctica continua de la  destrucción de empleo  por múltiples vías, entre las que destacan las prejubilaciones y jubilaciones masivas. Medidas encaminadas exclusivamente al abaratamiento de los costes de explotación  para la consecución fácil de beneficios empresariales. De los que, por otra parte, sólo se han beneficiado la alta dirección, mediante retribuciones excepcionales, stocks opcions, planes de pensiones  con cifras de vértigo, etc., etc.  Hemos visto y seguimos viendo o si se quiere “sufriendo” cómo las grandes empresas del país , y consecuentemente, las grandes empleadoras del factor trabajo , e independientemente del sector  aunque en mayor medida las de telefonía y banca, acometieron una política de desaforado crecimiento a base de fusiones tras las cuales el negocio de las mismas quedaba aumentado, sí, claro; pero la plantilla, especialmente la que tenía las antiguas condiciones, las conseguidas por la masa laboral tras reiteradas negociaciones en sus convenios sectoriales, esa quedó fuera, jubilados y prejubilados con poco más de cincuenta años. Y esto, además, se hizo en época de “vacas gordas”.  El crecimiento de plantilla de estas organizaciones, de producirse, fue en sus centros en el extranjero; en países donde no rigen las mismas leyes del trabajo que aquí. Allí los despidos fueron masivos y arbitrarios y el escándalo fue silenciado por la prensa de aquí. Como ejemplos podemos citar el de Aerolíneas Argentinas de Díaz Ferrán; creo que ahora  está en la cárcel, pero antes fue presidente de la patronal española; así como los realizados por el BBVA en su expansión por Iberoamérica. Entonces aquí en España, los medios de comunicación optaron por el " mutis por el foro”. Tampoco se dice que en estas grandes compañías las condiciones de los nuevos contratados nada tienen que ver con las de los antiguos, con sueldos fijos, de modo que los emolumentos totales que se perciban, incluidas dietas, extras, etc., no superen un tope anual. Que desde hace años, no se pagan horas extras, que tienen “disponibilidad total” y practican el full time. Y las categorías profesionales y su correspondiente distinción salarial, se sustituyó por la “disponibilidad funcional”, es decir, “el chico/chica para todo”.

Se hace muy largo, demasiado, este comentario. Seguiré D.M. en otro rato, porque aun tengo muchas cositas que decir.

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