domingo, 25 de mayo de 2008

Vidas paralelas, mayo 20, 2005

No me estoy refiriendo a la universal obra de Plutarco. Lo que pienso comentar hoy es el gran distanciamiento existente- según creo - entre el mundo y las cuestiones que preocupan y ocupan (aquí está el gran problema) a los dirigentes y políticos en general, con el mundo o realidad cotidiana, el día a día, de los que viven en esta nación llamada España . Entre quienes me hallo y me da el derecho y también la obligación, de exponerlo. Estas consideraciones son fruto de lo oído, leído y visto en el Debate sobre el estado de la Nación, celebrado en el Parlamento la pasada semana, con las siguientes conclusiones por mi parte:
- Fue sólo un torneo verbal entre el Caballero Rojo (Rodríguez), alias “el Bueno”, aglutinador de las fuerzas del Bien, es decir, los otros partidos, en teoría muy teórica, de la oposición, sin, obviamente el PP; y el Caballero Negro (Rajoy), alias “el Malo” y , más sólo que la una.

- El primero, con un discurso optimista, alegre, repleto de fantasías y réplicas al contendiente “yéndose por las ramas” y constantes alusiones al pasado. Algunas veces, al de los inmediatos nueve años anteriores. Las más a los cuarenta, cincuenta y hasta sesenta años. Pero olvidando- casi por completo - el período 1983-1996, e incluyendo anécdotas en las que se ofendía o ridiculizaba a personas no presentes y que eran innecesarias. Recursos fáciles de distracción de la cuestión principal y derivar la polémica a otra dirección. El dominio y demostraciones de esta técnica fueron reiterados.

- El contrincante hizo gala de un discurso ordenado y riguroso con datos contrastables. Pero, a mi gusto, excesivamente centrado en cuestiones de terrorismo y concepción del modelo de estado y su financiación. En el tema de la inmigración dejó constancia de las discrepancias de los países de UE con la política del gobierno, leídas en un periódico extranjero, que llevaba consigo cuando subió al estrado para iniciar una de sus réplicas y colocó a su derecha. Discrepancias cruciales éstas poco comentadas en los medios. Sin embargo, ello me sirvió de luminaria para, en los días siguientes, leer la escasa información publicada en España en relación a la reunión de los responsables de interior de los diferentes países de la UE y sus serias críticas y advertencias al M. Interior español (entonces Alonso).

Reproduzco algunos párrafos de información publicada por Terra, sobre esta reunión de responsables de Interior:
Los regularizados en España no podrán de momento cambiar de residencia”
“En España, el permiso de residencia legal que se obtendrá tras el proceso de regularización estará en vigor desde el momento de su obtención y no tendrá carácter retroactivo por el tiempo que el inmigrante ya haya pasado en territorio español.”
“Esto supone que los ciudadanos de terceros países que obtengan su permiso en este proceso de regularización, es decir este año, no podrán residir en otro Estado miembro ni buscar trabajo hasta al menos 2010.”
“Alemania, junto con Holanda, ha sido el país que más duramente ha criticado el proceso de regularización español por la posibilidad de que esos inmigrantes puedan posteriormente desplazarse por todo el territorio de la UE
.”
“Esas protestas llevaron a la presidencia luxemburguesa de turno de la UE y el comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, a plantear la creación de un sistema de información y alerta previa sobre inmigración para los casos en los que se deban tomar decisiones importantes, como los planes de regularización de ilegales. “

“El proceso de regularización de casi 700.000 inmigrantes en España no tiene consecuencias para los mercados de trabajo de otros países europeos,
garantizó hoy el ministro español de Interior, José Antonio Alonso, a sus colegas del G-5 en una reunión en París.”

Continuaré.


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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.