La opinión pública de este mundo globalizado, ha conocido, aunque sea someramente, el mal hacer de muchos de los altos ejecutivos de las multinacionales, cuyos efectos todos estamos viendo, pero, principalmente, estamos sufriendo. Por ello, entiendo que sus remuneraciones son desproporcionadas y una de las cosas más difíciles de seguir aceptando. Por tanto debería estar entre las primeras cosas a rectificar por las autoridades económico-políticas mundiales, mediante regulación de ámbito global; fijando topes ajustados proporcionalmente a su contribución real a los resultados empresariales, tanto en el corto como en el largo plazo. También deberían arbitrarse controles y medidas mundiales que impidan la percepción y evasión de estas sumas a través de paraísos fiscales.(1)
Del mismo modo, creo que JAMAS, NUNCA, deberían percibir ningún tipo de indemnización por cesar en el cargo. Principalmente, porque la práctica nos está demostrando que cuando dejan un sillón, de inmediato, hallan otro. Tan o mejor remunerado que el anterior. Ejemplos hay muchos; señalaré unos pocos.(2)
Otra de las prácticas perversas que debería ser desterrada, prohibiéndola, es la acumulación, como en la actualidad se da, de puestos en distintos consejos de administración. Recurso fácil, pienso, para engrosar aún más los ingresos de sus "particulares bolsas y bolsillos". Escandaloso resulta conocer "las tajadas" que se llevan los miembros de determinados consejos de administración del entramado económico financiero del país y del mundo. A cuyos asientos, en la mayoría de casos, han tenido acceso por sus afinidades o parentesco con los que detentan el poder político del momento y lugar.
Pero, aún hay otros dos perniciosos efectos que no se deben obviar, que son: la información privilegiada que reciben, y el conflicto de intereses que puede darse si los consejeros lo son al mismo tiempo de empresas o sectores enfrentados . Siempre me he preguntado cómo estos hombres y mujeres, que también las hay, tan comunes y mortales como cualquiera de nosotros, puede simultanear tantas actividades. En muchas, ocasiones, hasta presidir fundaciones socio culturales y clubes deportivos de renombre.
Según noticia publicada el 7 de octubre (2008) por ABC, bajo el título “Los 27 piden que las indemnizaciones por despido de los directivos dependan del resultado de las empresas”. Transcribo algunos de los párrafos – a mi entender –de mayor interés:
“Los ministros de Economía de la Unión Europea han aprobado una serie de directrices para aumentar los controles sobre la remuneración de los directivos, especialmente los de los bancos, con el objetivo de evitar que se beneficien de indemnizaciones millonarias cuando son despedidos por haber contribuido a la quiebra de su empresa. “
"Los modelos de remuneración deben tener en cuenta la rentabilidad a largo plazo de la empresa en su conjunto, y las autoridades nacionales deben esforzarse en atenuar los riesgos de una estructura que se base en los beneficios a corto plazo", resaltan las conclusiones pactadas por los Veintisiete"
“Las remuneraciones deben estar vinculadas con los "resultados reales" de la empresa y "no fomentar el cortoplacismo ni la toma de riesgos excesivos", enfatizó la ministra francesa de Finanzas y presidenta de turno del Ecofin, Christine Lagarde.
“Sobre la mesa está la recomendación que realizó la Comisión en 2004 y que hasta ahora sólo ha seguido plenamente Países Bajos...”
En resumen, que un poco de democratización, igualdad, en sus remuneraciones con la del resto de mortales no vendría nada mal.
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(1) Más bien habría que ir a la desaparición de los llamados paraísos fiscales, esas zonas francas donde campean los modernos piratas y bandoleros con sus botines amansados a ex puertas de elementales principios de equidad y moralidad.
(2) Algunos de los ejemplos pueden ser Rato, Narcís Serra, Corcóstegui, Alberto Cortina, Piqué, José Luis Uriarte, etc. etc.
21 de junio de 2017: Han pasado casi diez años desde que escribí este comentario y después de leerlo no puedo dejar de resaltar cómo ya en esos tiempos la Unión Europea advertía a sus socios para que tomasen medidas contra aquellos de sus ejecutivos, especialmente de la banca, que además de contribuir a la quiebra de las entidades, se fueran con los bolsillos repletos y rebosantes por suculentas indemnizaciones, reflexiono que poco caso se hizo aquí en España de estas advertencias, porque numerosos son aquí los casos dados, como - y es sólo un buen ejemplo- las subidas de sueldo e indemnizaciones percibidas por Narcís Serra, Todó y Massana, de la extinta Catalunya Caixa. Está claro ¡somos diferentes!
21 de junio de 2017: Han pasado casi diez años desde que escribí este comentario y después de leerlo no puedo dejar de resaltar cómo ya en esos tiempos la Unión Europea advertía a sus socios para que tomasen medidas contra aquellos de sus ejecutivos, especialmente de la banca, que además de contribuir a la quiebra de las entidades, se fueran con los bolsillos repletos y rebosantes por suculentas indemnizaciones, reflexiono que poco caso se hizo aquí en España de estas advertencias, porque numerosos son aquí los casos dados, como - y es sólo un buen ejemplo- las subidas de sueldo e indemnizaciones percibidas por Narcís Serra, Todó y Massana, de la extinta Catalunya Caixa. Está claro ¡somos diferentes!
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