oooOOOoooo
Entre los célebres diálogos de Platón figura
el titulado "Sympósion”,
o sea, banquete. Forma que tenían los griegos antiguos de reunirse, y entre
libación y libación acompañada de abundante ingesta alimenticia, al mismo
tiempo que debatían, daban salida a sus efervescentes elucubraciones e ideas, sobre los más variados temas. En
el caso de “El banquete”, el tema de debate fue el amor. Y aunque fueron unos
cuantos los personajes prestigiosos que intervinieron, tres centraron la
polémica: Aristófanes,
el autor de “Las nubes”, el inmortal “Sócrates”, el comadrón de ideas, y el aún
controvertible Alcibíades.
Al primero de los citados, Aristófanes, según he leído en
Wikipedia, “su postura conservadora le llevó a defender la validez de los tradicionales
mitos religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica.
Especialmente conocida es su animadversión hacia Sócrates, a quien en su comedia
Las nubes, lo presenta como un demagogo dedicado a inculcar todo tipo de insensateces
en las mentes de los jóvenes.
De Sócrates y sus personales métodos para “sacar la Verdad”,
pienso que no es necesario hablar y sólo resaltaré el por qué se tomó la cicuta, motivos con los que
biografíasyvidas.com completa la biografía del filósofo griego: “…oficialmente
acusado de impiedad y de corromper a la juventud, fue condenado a beber cicuta
después de que, en su defensa, hubiera demostrado la inconsistencia de los
cargos que se le imputaban. Según relata Platón en la apología que dejó de su
maestro, éste pudo haber eludido la
condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir, pues como ciudadano se sentía obligado a
cumplir la ley de la ciudad, aunque en algún caso, como el suyo, fuera injusta.
Peor habría sido la ausencia de ley”.
También aconsejaba Sócrates "considerar la belleza del alma como más
importante que la belleza del cuerpo.”
Y en cuanto al último citado, Alcibíades recojo la frase con
que biografíasyvidas.com cierra su crónica:”
“ Su vida fue recreada por Plutarco y por Cornelio Nepote,
quienes destacaron el contraste entre el
talento y la educación de Alcibíades y su deslealtad y falta de escrúpulos”.
Como en tantas otras ocasiones, el retrotraer al presente los
recuerdos de esta vieja lectura, ha sido consecuencia del también denominado simposio,
que se está celebrando en Barcelona, con diferencias notables en relación al
clásico platoniano. En primer lugar, por la temática, allí el amor, aquí el
desamor o más bien “odio”. Tampoco se
centra en el debate de ideas, o sea, en la discusión, sino en la unanimidad (concordancia)
del discurso de todos los participantes (contra España).
Otra diferencia encontrada es que hoy, supongo, no hay ingesta de “comida” ni de “bebida”, al menos en abundancia; y, esperemos, que al final, no
surja de entre los comensales un Alcibíades borracho, capaz de resumir él
solito, con sus locuacidades, las posturas objeto del simposio.
De todos modos, yo ya
tengo mi particular posible adaptación de
los protagonistas del pasado con los del simposio de, según ellos mismos se autodenominan,
historiadores catalanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario