En
mi último comentario detallé los cinco filtros que,
según la teoría de Herman-Chomsky, determinan el tipo
de noticias que conocemos, o más bien sería decir que
nos hacen llegar. Hoy, pues, continuando con esta crucial cuestión
de la manipulación, tergiversación y distorsión
informativa, papel asignado a los medios por los poderes
fácticos, o sea, los que en
y desde
la sombra realmente nos gobiernan, expondré el decálogo
de sus estrategias. Información sacada textualmente de un correo
electrónico(e-mail) titulado “Diez
estrategias de manipulación mediática, social y
económica” Noam Chomsky(Lingüista) Visiones
Alternativas, que yo recibí en junio del 2011, pero creado ,
tal como pude observar, el 13.10.2010.
Diez estrategias de manipulación mediática, social y económica.
1.-La
estrategia de la distracción.
El
elemento primordial del control social es la estrategia de la
distracción que consiste en desviar la atención
del público de los problemas importantes y de los cambios
decididos por las élites políticas y económicas,
mediante la técnica del diluvio o inundación de
continuas distracciones y de informaciones sin importancia.
La
estrategia de la distracción es igualmente indispensable para
impedir al público interesarse por los conocimientos
esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la
psicología, la neurobiología y la cibernética.
”Mantener la Atención del público distraída,
lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin
importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado,
ocupado, sin ningún tiempo para pensar; (cita del texto ‘Armas
silenciosas para guerras tranquilas)”.
2.
Crear problemas y
después ofrecer soluciones.
Este
método también es llamado: “problema-->
reacción--> solución”.Se crea un problema, una
“situación” prevista para causar cierta reacción en
el público, a fin de que éste sea el demandante de las
medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se
desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar
atentados sangrientos, a fin de que el
público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas
en perjuicio de la libertad.
O también: crear una crisis económica para hacer
aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y
el desmantelamiento de los servicios públicos.
3.
La estrategia de la gradualidad.
Para
hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla
gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa
manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas
(neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de
1980 y 1990.Estado mínimo, privatizaciones, precariedad,
flexibilidad laboral, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran
ingresos decentes. Nos suena, ¿verdad?, tantos cambios
hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicados
de una sola vez y no de forma gradual como se ha hecho.
4.
La estrategia de diferir.
Otra
manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de
presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación
pública, en el momento, para una aplicación futura. Es
más fácil aceptar un sacrificio futuro que un
sacrificio inmediato.- Primero,
porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. - Segundo,
porque el público,
la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo
irá a mejorar mañana”
y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto
da más
tiempo al
ciudadano para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con
resignación cuando llegue el momento.
5.
Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La
mayoría de la publicidad dirigida al gran público
utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación
particularmente infantiles, muchas veces próximos a la
debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un
deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar
al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por
qué? -“Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese
12 años o menos, entonces, en razón de la
sugestionabilidad,
ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o
reacción más infantil y desprovista del sentido crítico
de un adulto.
6.
Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer
uso del aspecto emocional es una técnica clásica para
causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente
neutralizar el sentido critico de los individuos.
7.
Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer
que el público sea incapaz de comprender las tecnologías
y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.
“La calidad de
la Educación dada a las clases sociales inferiores
debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la
distancia entre éstas y la Clases altas permanezca
inalterable en el tiempo y sea imposible de alcanzar una auténtica
igualdad de oportunidades para todos.”
8.
Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Promover
al público a creer que es moda el hecho de ser vulgar e
inculto, mal hablado, admirador de gentes sin talento alguno, a
despreciar lo intelectual, exagerar el valor del culto al cuerpo y el
desprecio por el espíritu...
9.
Reforzar la
autoculpabilidad.
Hacer
creer al individuo que solamente él es culpable de su propia
desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus
capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse
contra el sistema económico y social, el individuo se
autoevalúa, se autoinculpa, lo que genera un estado depresivo,
uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y
sin acción, no habrá reacción ni revolución.
10.
Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En
el transcurso de los últimos 50 años, los avances
acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los
conocimientos del público y los conocimientos poseídos
y utilizados por las elites dominantes.
Gracias
a la biología, la neurobiología y la psicología
aplicada, el “sistema”
ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de
forma física como psicológicamente. El “sistema”
ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él
se conoce a sí mismo.
Esto
significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce
un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el
de los individuos sobre sí mismos.