Los que acuden a las oficinas de cajas o bancos, en demanda de cualquiera de sus servicios, quizás tengan similar visión a la mía, la imagen de unos amplios locales dotados de escaso personal. En muchos casos, una plantilla fija de unas tres personas( director, interventor y un empleado, más los imprescindibles cajeros automáticos que dispensan dinero, actualizan datos, etc.) Y, también, la de largas colas a final de mes, las vísperas de inicio de vacaciones o puentes, los días de pago de impuestos, seguros u otras fechas críticas . Panorama de desolación que suele emporar si alguno de la escuálida plantilla está de baja(*), bien por vacaciones, o por enfermedad. Porque, al parecer, en este sector, al igual que en el de la enseñanza pública, las bajas por estrés laboral son cada vez más frecuentes.
Lo que quiero decir, en suma, es que, según creo, el personal por oficina es el mínimo; estandarizado, arbitrariamente, en un número bajo de personas por establecimiento y no como entiendo debería ser, en correlación al volumen de negocio o la actividad real, las necesidades de la plaza o la ubicación de la oficina. Plantilla que, además, soporta numerosas funciones que, tiempo atrás, las realizaba personal especializado de servicios centrales; como, por ejemplo, bastanteo de escrituras, operaciones de comercio exterior, etc. En la actualidad no hay diferencias funcionales entre los técnicos y los empleados de base. Indistintamente, cualquiera de ellos estudia la concesión de un crédito, apertura una cuenta corriente, cursa una transferencia de un pago exterior o te da cambio en caja.Todo ello a contra reloj. Al pobre empleado lo verás detrás de la ventanilla, realizando, atosigado, las múltiples operaciones solicitadas por la variopinta clientela de la cola, al mismo tiempo que atiende llamadas telefónicas y consultas . Realmente ¿sobran?
_______ (*) El personal que suple, cuando hay suplencias, suele ser personal de ETT, en muchas ocasiones sin formación adecuada para una oficina financiera.¿Es este el modo de cuidar la calidad del servicio ofrecido a la clientela. Servicio, por el que, encima, cobran onerosas comisiones?
Reproduzco párrafo del artículto titulado "En una década son 40.000 los empleados prejubilados", leído en Ajubanesto.
"La disminución de puestos de trabajo en las institiciones crediticias ha sido una constante en el sector financiero desde 1991. Las fusiones bancarias de 1999, que dieron lugar a gigantes como Santander y BBVA, acentuaron esa tendencia. Según datos manejados por CCOO, Santander, BBVA y Banesto perdieron empleo en 2005 -en total, el recorte afectó a 662 personas-. Por contra, el Popular aumentó en 233 trabajadores y los bancos medianos y pequeños mantuvieron sus plantillas con ligeros aumentos -fueron ampliadas en un total de 1.481 empleados-.