He reflexionado, releyendo el párrafo resaltado por mí en negrita, extraído de una carta de Balzac, de su profundo conocimiento sobre el ser humano, así como de sus instituciones políticas, tan limitadas éstas como quienes las conforman: “Ya no quiero… ser diputado o dedicarme al periodismo…La estupidez de los oradores, la necedad de los debates, la poca oportunidad que hay para triunfar entre semejante y tan miserable mediocridad…” Su prolífica y universal creación literaria fundida en La Comedia Humana, le dio, pienso, la razón. A través de sus obras contó, para sus contemporáneos y para la posteridad, toda la verdad de la época que le tocó vivir y también la de sus protagonistas. Me vienen a la mente, como buenos ejemplos, Eugenia Grandet y Un asunto tenebroso.
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